Sylvia B. Zárate
BOGOTÁ/Xinhua
El líder progresista Gustavo Petro Urrego llega a la segunda vuelta de elecciones presidenciales de Colombia el próximo domingo en medio de una tensa campaña política con su contrincante Rodolfo Hernández, quien en esta segunda ronda logró alcanzarlo en la intención de voto de los colombianos, según las últimas encuestas.
Especialista en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional con doctorado en Nuevas Tendencias en Administración de Empresas, Petro podría ser, a sus 62 años, el nuevo presidente del país suramericano en su tercer intento de conquistar el voto de la mayoría de los colombianos de la mano de su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez.
Sin embargo, según los diferentes sondeos de opinión, este desafío sigue siendo difícil en un país conservador donde una gran parte de la población mostraría su ya tradicional rechazo al cambio de modelo de gobierno que plantea Petro, pese a haber convocado más apoyos que Hernández en esta segunda vuelta y haber recorrido el país llenando las plazas públicas.
Durante esta etapa de su campaña política, Petro ha tenido que enfrentar amenazas de muerte y la revelación de los llamados “Petrovideos”, fragmentos de videos, grabados externamente y sin autorización, que muestran a algunos de los miembros de su campaña planeando estrategias para desprestigiar a sus contrincantes en la primera vuelta de elecciones.
El candidato y su equipo aseguraron que dichas estrategias se manejan en todas las campañas políticas del mundo, y exigieron a las autoridades una investigación exhaustiva para determinar la responsabilidad por las interceptaciones ilegales a sus reuniones privadas.
Petro nació en Ciénaga de Oro, departamento de Córdoba (norte), tiene cinco hijos y está casado con Verónica Alcocer, quien durante esta campaña ha estado muy activa en redes sociales y en medios de comunicación apoyando el propósito de Petro, quien durante su juventud fue militante de la guerrilla M-19, surgida en 1970 tras irregularidades en las elecciones presidenciales.
Haber sido miembro de un grupo subversivo es lo que gran parte de la sociedad colombiana no le perdona, a pesar de que su participación nunca fue armada y de que fue quien promovió el desarme de esta guerrilla que luego derivó en la redacción de la Constitución Política de Colombia de 1991, que también ayudó a construir.
En esta segunda vuelta, Petro recibió apoyos relevantes que podrían sumarle votos, especialmente del sector del centro, como el del ex miembro de la coalición Centro Esperanza, Alejandro Gaviria; el ex presidente Ernesto Samper; el ex candidato presidencial, Antanas Mockus, y el ex candidato vicepresidencial, Luis Gilberto Murillo.
También se adhirieron en esta etapa final el partido Alianza Social Independiente; el ex negociador del Acuerdo de Paz de la Habana y ex senador, Juan Fernando Cristo; los líderes del Partido Verde, Ariel Avila, Antonio Sanguino y Angélica Lozano, así como 1.160 académicos que argumentaron que desean “una sociedad en la que el conocimiento se conciba como eje de construcción democrática”.
La “Petrofobia”, como se ha llamado al miedo que genera el candidato de izquierda, no impidió que artistas como Doris Salcedo y reconocidos escritores como Laura Restrepo, Mario Mendoza, Daniel Samper y Olga Behar también hayan manifestado su intención de votar por él.
En su paso por el Congreso, Petro se destacó por sus denuncias frente a casos como los nexos del paramilitarismo con políticos, que resultaron en más de 60 condenas e investigaciones que siguen en curso, y reveló las interceptaciones ilegales a las comunicaciones de políticos de oposición, periodistas y defensores de Derechos Humanos por parte del Departamento Administrativo de Seguridad.
Durante su alcaldía en Bogotá, ciudad en donde tiene su gran capital electoral, logró bajar los índices de pobreza, de desnutrición, especialmente en la población infantil, también bajaron las cifras de homicidios, logró bajar el costo del sistema de transporte masivo y concretó políticas relacionadas con la protección de los animales y el medio ambiente.
Sin embargo, el fracaso en la implementación del modelo de recolección de basuras es algo que muchos no olvidan y que en su momento le costó la destitución del cargo de alcalde y una inhabilidad para ejercer cargos públicos por un período de 15 años, misma que se logró revertir gracias a una sentencia a su favor por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Entre sus propuestas para Colombia, está avanzar hacia un modelo económico que no dependa exclusivamente de la extracción petrolera y desarrollar una economía que se base en el cuidado del agua, así como una reforma tributaria y pensional que permita a todos los adultos mayores tener un ingreso mínimo.
Además ha prometido un mínimo vital de internet para todas las familias, despliegue de tecnología 5G priorizando su uso en la educación, transición energética y el agro, así como una reforma al interior de la Fuerza Pública que permita medir la seguridad del país en vidas y que permita a los uniformados mejorar su calidad de vida, mediante el estudio y ascensos justos.
Prometió que dará las garantías necesarias para que se implemente el Acuerdo de Paz entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reabriría la puerta a los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y no negociará con grupos armados organizados, como el “Clan del Golfo”, a quienes les quitará el poder y someterá a la justicia.
A nivel internacional, Petro ha subrayado que su gobierno tendrá por principio el respeto el orden internacional y la no intervención en asuntos internos de otros países, así como el fortalecimiento de los lazos de cooperación con los países asiáticos de la cuenca del Pacífico y el mantenimiento de las relaciones con la Unión Europea y Estados Unidos.