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Proyecto Cultural Sur agradece a todos los delegados que viajaron de diferentes países hasta Uruguay para ser parte de este magno evento.
Pronto enviaremos las resoluciones, prácticamente no hubo cambios y si la inclusión de algunas acciones para realizar internacionalmente, como un homenaje a la Madre Tierra, a nuestro hábitat, bajo la consigna:
(Mujer, Madre, Tierra) a celebrarse en marzo de todos los años, a partir de esta aprobación e inclusión a las resoluciones.
El congreso en Montevideo o más bien en Atlántida fue una experiencia hermosa, el alojamiento en las cabañas de AGADU, un lugar campestre donde se respira el dulce aroma de flores frescas. Con la única molestia de algunos mosquitos que también luchan por su sobrevivencia, convivieron con nosotros y disfrutaron probando nuestra sangre.
Esas son cosas leves comparado a la experiencia de conocer al pueblo uruguayo, una gente linda, amable, hospitalaria, con las cuales se puede contar para todo, porque están atentos a colaborar para solventar cualquier necesidad, sin importar de quién se trate, sin distinción de raza ni color.
¡Qué gente tan bella! para la cual no alcanzan las palabras de agradecimiento.
Vaya para ustedes un interminable abrazo con el ardiente deseo de regresar a Uruguay, para convivir y disfrutar de su hospitalidad.
También tuve el honor de tomar los micrófonos de una radio a la cual fui invitada en Montevideo.
Gracias a quienes se atrevieron a asumir este reto, les doy las gracias, pero más que todo quiero hablar de este pueblo uruguayo, hermoso, hospitalario, donde he sentido el amor, esa tibieza que produce el cariño de humanos, en mi caso personal y cada uno de los encuentros de los que se cuenta ahora el octavo encuentro, es una experiencia nueva que enriquece nuestra vida artística.
El encuentro se realizó entre Atlántida y Montevideo, en locales de sindicatos de trabajadores, la Casa de los Escritores, Bibliotecas y otros locales de suma importancia, donde se hicieron exhibiciones de todas las disciplinas; presentaciones de libros y de música, así como ponencias sobre el medioambiente, una experiencia quizás para mí nunca vista fue la discusión de un documento de ley que el sindicato de trabajadores presentará a los nuevos gobernantes, donde se ve la incidencia de las artes y la cultura relacionadas al trabajo en todos los ámbitos.
En la plenaria se realizó la elección del consejo internacional que se define como la autoridad de compromiso para el periodo de dos años.
Consejo que fue conformado por tres personas: Bety Chiz, de Uruguay; Lucy Ortiz de Vancouver, Canadá; Francisco Saucedo de México, D.F., de la compañera exponente del libro colectivo de los talleres.
Fui feliz escuchando todo eso.
