Lic. Antonio Velado
H
ace algunos meses publiqué en este rotativo Co Latino un artículo que titulé DONALD TRUMP FIEL REPRESENTANTE DEL CAPITALISMO SALVAJE. Y no me equivoqué. Me alegro por ello. El tiempo me ha dado la razón.¿Por qué lo califico esta vez de “Emperador”?, porque lo comparo con el emperador romano Nerón, quien incendió su ciudad. Donald Trump no incendiará toda su ciudad; pero a cambio, amenaza con incendiar a todo el planeta Tierra, con esa su nefasta política racista. En su locura expansionista y de dominación busca pelearse con todos los países que le llevan la contraria. Él cree que dirigir un país es como dirigir una empresa, dichosamente ya unos jueces le han parado sus arrebatos y, valientemente, le han dicho: “no señor, vuelva las cosas al estado como estaban”. De esos jueces quisiéramos tener aquí, aunque fueran unos tres.
Luego al vulgar presidente de los Estados Unidos se le olvida que él es producto de una madre “migrante”. Que si no hubiera habido esa migración a lo mejor él no hubiera nacido en ese país.
Y no todo es culpa de Trump. Mucha culpa es de las derechas “lame botas” de América Latina y otros países, quienes se pliegan a los caprichos de los gobiernos gringos, todo por unos dólares más. ¡Por la famosa visa!
Los gobiernos estadounidenses con su Departamento de Estado, Casa Blanca, FBI, CIA, embajadores, USAID, Pentágono y más, manipulan a los gobiernos, llegando al colmo de dictar directrices abiertamente a los gobiernos. No dejemos de lado al BID, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y otros tantos organismos que manipulan a los gobiernos de todo el planeta, para que “no se salgan del huacal”. Porque si no, no habrá ayuda económica. Así que a seguir esas políticas que son las que tienen quebrados a países como El Salvador.
Y para colmo, en uno de sus habituales arrebatos de paranoia, se permite vulgarmente calificar de “países de mierda”, no solo a El Salvador, Haití y al continente africano, sino da igual calificativo a otros países cuyos ciudadanos no son blancos, sino morenos, negros, amarillos y colorados. Este Trump en poco tiempo se ha convertido, también, en el Hitler del siglo XXI. ¡Nada menos y nada más!
Viene de rigor una pregunta, ¿qué pasaría si un presidente latinoamericano califica de “país de mierda” a Estados Unidos? Caen de inmediato las “sanciones y bloqueos de todo tipo”.
Finalmente, los estadounidenses deben quitarse de encima a Donald Trump, porque así como va, va camino a una tercera guerra mundial que nadie quiere, solo él, porque piensa más en los negocios que en la vida humana.
Pobrecitos los embajadores de Estados Unidos ante esta “patanada” de su presidente. ¿Continuarán las consignas de seguir entrometiéndose en la vida de estos países como El Salvador? ¿Se callarán aunque sea por un buen tiempo? Esperamos que así sea, que ya no hablen como si fueran los dueños de nuestros países. ASÍ SEA…