Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
A finales de los años setenta y principios de los ochenta, cuando la música Disco y el Grupo Menudo enloquecían a miles de chicos, chicas y adolescentes de este país, el león jodido del Liceo Salvadoreño marcaba la pauta y el rítmo en el baloncesto estudiantil en sus diferentes categorías. Eran aquellos años tan felices y eufóricos en los que el gimnasio nacional siempre lucía abarrotado para meterle ambiente a los “masconazos” y clásicos basquetbolísticos colegiales de la primera.
En aquella lejana época dorada, -que cada vez resulta más difícil de querer igualar-, era el Liceo Salvadoreño que, habiendo recogido la estafeta que dejó tras su retiro el Externado de San José, mantenía la supremacía basquetbolística colegial y todos lo querían dar en la net.
Fue en los años 1981, 1982 y 1983 que como producto de un proceso de canteras infanto-juveniles y teniendo como sus figuras estelares al entrenador Carlos Armando “El Mago” Lahud y a Ricardo “El Zurdo” Bustamante, como la bujía y artillero del equipo, que los leones jodidos del Liceo Salvadoreño sumaron triple corona en la primera. Tres títulos consecutivos en que los maristas tuvieron que dejar alma, vida y corazón para superar la resistencia y tenacidad del Santa Cecilia, Don Bosco, Instituto Cervantes, INFRAMEN y Colegio Divino Salvador.
Equipos que en cada espectacular partido abatían al león jalándole la cola, la melena y puyándole las costillas, pero no lo vencían. Con ritmos contagiosos, lluvia de confetti y pompones, los quintetos eran ruidosamente animados desde las graderías y ciertas chicas casi se “infartaban” por los más apuestos, encabezados por “el zurdo” que no lograba pedir números telefónicos.
Además del “Mago” y del “El Zurdo” destacaron en aquel histórico tricampeón, el Hermano León Echevarri; el jefe de barras, Billy Korn; los hermanos Carrillo (Rolando y Roberto, auxiliares técnicos), Rafael Góchez entrenador y los jugadores: los hermanos Geordie y Miguel Bonet, Aldo Conde, Frank Villanueva, Erling Roeder, Fernando Cuerno, Rafael Camacho, Fernando Chavarría, Mauricio Vides, José Ramos, Mauricio Buitrago, Ricardo Martí y otros.
Hace un par de años y un club social privado, varios de estos chicos se reunieron para conmemorar el 38 aniversario de aquella brillante gesta y para rendir tributo póstumo al célebre Hermano León. Recepción que sin proponérselo, sería la emotiva despedida terrenal para Don Billy Korn, que partió al dream team celestial y en la que el Diario Co Latino logró filtrar a este reportero.
Cuatro reacciones
La estrella de aquellos quintetos, Ricardo “Zurdo” Bustamante expresa: “Las tres fueron finales cardíacas y creo que perduran en la mente, la retina y corazón de los miles y miles de miembros de la gran familia marista. La mayoría de los que nos coronamos tri campeones fuimos forjados en un proceso de categorías infanto-juveniles”.
Mientras Aldo Conde dice: “De los tres títulos el más especial y gratamente recordado fue el ganado en 1981 al Santa Cecilia porque coincidió con el centenario de la Congregación Mundial de los Hermanos Maristas. Y pudieron haber sido cuatro, pero por órdenes superiores no se nos permitió participar en el campeonato de 1980 y este torneo fue ganado por el Don Bosco, de Enrique Samour.
Para Frank “El Chililllo” Villanueva, “haber sido parte de esa etapa de oro del basquetbol marista fue un verdadero honor y le doy gracias a Dios por ello. El Liceo me dio mis hermanos de toda la vida y seguimos siempre unidos”.
Finalmente Rolando Carrillo, uno de los miembros del staff técnico manifiesta que el equipo del 81 tenía varios jugadores del 80 que era un buen equipo y con buen rodaje. Por lo general el Liceo mantenía la base de los años anteriores cuya formación se había iniciado en las canteras del minibaloncesto, dirigidas por Ernesto Góchez.
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