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Con casi cuatro mil millones de personas en línea electrónica en el mundo, internet se ha hecho central en casi todo. Desde la interacción social a los negocios y también para infraestructura crítica, como las plantas de energía eléctrica. Y todo ello tiene que ser protegido. Por tal motivo Estados Unidos lidera un esfuerzo mundial para contrarrestar a los malos actores en el espacio cibernético.
“Estados Unidos creó internet y lo compartió con el mundo”, escribió el presidente Trump en la Estrategia Nacional Cibernética, publicada en septiembre de 2018. “Ahora tenemos que asegurar y preservar el espacio cibernético para las generaciones futuras”.
“Nuestra meta es frenar la actividad maliciosa en el espacio cibernético”, dijo John Sullivan, vicesecretario de Estado de Estados Unidos, en una sesión dedicada a la seguridad cibernética en 2018 en las Naciones Unidas. Pero es un acto que requiere equilibrio, en el que la meta es “confrontar las amenazas cibernéticas y mantener al mismo tiempo los muchos beneficios que la gente libre y las naciones libres han llegado a disfrutar con Internet”, dijo.
Proteger un espacio cibernético abierto y resistente
Mientras las conversaciones internacionales siguen adelante, Sullivan hizo un llamado “a los asociados con mentalidad similar a sumarse a Estados Unidos para trabajar juntos para responsabilizar a los estados por su actividad cibernética maliciosa”.
Los países que trabajen juntos “impondrán consecuencias a aquellos que violen las normas que han adoptado los países con mismo criterio”, dijo Sullivan.
Una norma para el comportamiento responsable de los estados es que los países no ataquen la infraestructura crítica de servicio público, dijo a la prensa Robert Strayer, vicesecretario de Estado adjunto para comunicaciones cibernética e internacional y políticas de información. Explicó por qué Estados Unidos trabaja para lograr un consenso mundial para una estrategia cibernética.
“Consideramos muy importante que las naciones estado reconozcan esos reglamentos”, dijo Strayer. Luego dijo que se espera que las tecnologías digitales agreguen otro billón de dólares a la productividad económica, pero que el 75 % de esas ganancias podrían verse en riesgo si es que no se hace algo respecto a las amenazas a la seguridad cibernética.
“Tenemos que frenar el comportamiento malicioso y nosotros trataremos de hacerlo sumándonos a otros países en la atribución e imposición de consecuencias”, dijo.