Mae Sai / AFP
Sippachai Kunnuwong
Los 12 niños miembros de un equipo de fútbol y su entrenador atrapados en una cueva inundada en Tailandia desde hace más de nueve días fueron «hallados sanos y salvos», tras días de búsqueda.
No había habido contacto con los chicos, de entre 11 y 16 años, ni su entrenador, de 25, desde que desaparecieron el sábado 23 de junio.
Los amplios esfuerzos de rescate se vieron dificultados por las fuertes lluvias, que inundaron la cueva de Tham Luang, situada en el norte de Tailandia y bloquearon el acceso a las cámaras donde se esperaba encontrar al grupo.
El gobernador provincial de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn, anunció la buena nueva el lunes por la noche, a una nación que ha seguido de cerca cada giro de los esfuerzos desplegados para salvarlos.
«Encontramos a los 13 sanos y salvos», anunció ante la prensa, que rompió espontáneamente en aplausos y vítores.
No obstante, la evacuación no se llevará a cabo inmediatamente, precisó. «Les llevaremos comida, pero no estamos seguros de que puedan alimentarse, ya que no comieron desde hace mucho. También llevaremos a un médico que sepa bucear», explicó.
Un conmovedor video filmado por los socorristas y publicado en Facebook muestra a un grupo de niños delgados, vestidos con camisetas de fútbol grandes y llenas de barro y refugiados en un estrecho saliente rodeado de agua.
«Gracias», exclama uno de ellos mientras otro responde «13» cuando uno de los buceadores, con acento británico, pregunta cuántos son.
El buceador intenta darles ánimos. «Hay mucha gente en camino» para ayudarlos, asegura. «Estuvieron acá 10 días, son muy fuertes», dicen a los niños.
Los buceadores aprovecharon un breve lapso de buen tiempo este lunes para adentrarse más en la cueva, donde los niveles del agua se reducen lenta pero incesantemente cada hora gracias al bombeo continuo.
Esperaban encontrar al equipo en un saliente elevado conocido como Pattaya beach.
Pero el grupo se había retirado unos 300-400 metros más lejos ya que el saliente quedó sumergido, añadió Narongsak.
La noticia se propagó a gran velocidad este lunes por las redes sociales y los padres de los niños, algunos de los cuales llevaban días durmiendo cerca de la cueva, expresaron su alegría.
«Estoy tan feliz… Quiero verlo, en buen estado físico y mental», dijo a la AFP Thinnakorn Boonpiem, padre de uno de los desaparecidos.
Los jóvenes futbolistas, de entre 11 y 16 años, y su entrenador, de 25, se aventuraron la noche del 23 de junio, tras su entrenamiento, en la cueva de Tham Luang, situada en una zona de denso bosque tropical en la frontera con Birmania y Lagos.
Pero quedaron bloqueados por las fuertes lluvias del monzón y no se había podido contactar con ellos.
Alivio nacional
Su drama fue seguido en directo por la televisión tailandesa y los internautas llevaban días sin hablar de otra cosa.
Este lunes se había organizado una ceremonia en la escuela de los niños.
«Déjenlo volver para jugar al fútbol con nosotros, lo echamos de menos», imploró Tilek Jana, de 14 años, uno de los 200 niños congregados y cuyo amigo Prajak está entre los desaparecidos.
«Yo rezo todas las noches para que estas 13 vidas sean rescatadas» pronto, agregó Jakkrit Muenghong, uno de los profesores de Prajak.
Un conocido cantante de Tailandia, Kong Huayrai, escribió una canción en homenaje a los niños y su entrenador: «No sabemos quiénes son, cómo son, pero ¿dónde están? ¿tienen frío y hambre?», dice la balada difundida en la televisión, que enfatiza que hay un país esperándolos.
El lunes, miembros de la tribu Lisu se reunieron cerca de la cueva para sacrificar pollos y cerdos, una ofrenda a los espíritus del río y de la selva para implorarles que permita el regreso de los niños sanos y salvo.
Decenas de buzos, incluyendo efectivos internacionales, están movilizados desde hace más de una semana para intentar encontrar a los niños.
Equipos de especialistas llegados de Australia, Reino Unido, Japón y China, así como unos 30 soldados estadounidenses, se desplazaron hasta esta remota zona montañosa para apoyar a los equipos de rescate tailandeses.
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