Santiago Leiva
@DiarioCoLatino
Atlético Marte respira solo. Se desconectó ayer del tanque de oxígeno y puso al Águila en capilla ardiente. El cuadro emplumado aún sigue en zona de clasificación, sovaldi pero los hermanos Dely Valdés, sin duda, perderán su confort después de dos derrotas al hilo.
Ayer, por segunda semana consecutiva, los emplumados tuvieron que viajar los más de 130 kilómetros que hay de la capital a San Miguel con el paladar amargo tras la frustración de una derrota más sobre las alas.
Si la semana anterior fue Alianza quien les pegó, con una pizca de polémica, ayer los noqueó Atlético Marte y no tendrán argumentos para justificar su aterrizaje forzoso en el césped del Cuscatlán.
Y es que si bien Águila administró la posesión del balón, resultó inútil porque fueron los bombarderos los que crearon las mejores ocasiones de gol, tanto que perder 2-0 resultó barato para los migueleños.
Complicados por la amenaza del descenso soplándoles en la nuca, los jugadores marcianos desarrollaron un juego sencillo, pero solidario y, sobre todo, de sacrificio al momento de defender e intentar recuperar el balón.
De entrada le cortaron las alas a Águila por los costados, cedieron con consentimiento el medio campo, apretaron la salida y, al más mínimo error, contragolpearon en bloque.
De ahí que antes de la media hora, que fue cuando Águila registró su primera llegada de real peligro, los marcianos ya contabilizaban tres remates peligrosos sobre la portería de Benji Villalobos.
Mario Martínez, Edwin Sánchez y Carlos Ayala asustaron a los migueleños en el primer acto. Mientras que un cabezazo de Nicolás Muñoz, rosando los 30 minutos, fue lo más cerca que los negro naranja estuvieron del gol antes del descanso.
PERDIÓ ALTURA
Las malas noticias para el cuadro migueleño llegaron justo al momento de bajar el telón de la etapa inicial. Eder Arias, el hombre de mayor potencia y altura que tienen en la defensa, salió lesionado y su ausencia acabó en dolor de cabeza para la zaga.
Sin el sello de garantía de los aguiluchos en la zona baja, Carlos Ayala tuvo mayores libertades en el frente de ataque carabinero, y Sánchez, que había sido pesadilla a lo largo del juego, tomó mayor protagonismo.
La ausencia de Arias dejó suficiente espacio aéreo para que los bombarderos atacaran desde las alturas. Primero, apareció Néstor Asprilla con un testarazo picado que, tras el pique en tierra, se fue sobre el travesaño. Solo cinco minutos después, al ‘65, se incorporó Martínez para inflar la red de cabeza.
El tanto fue un pellizco para los anaranjados que se volcaron al ataque y dejaron amplias pistas donde los marcianos no causaron mayor daño por su falta de oficio. La osadía de los orientales bien pudo rendir su fruto, pero Nico Muñoz, después de ejecutar una gran jugada, acabó por enviar el balón a las gradas.
Y luego vino la estocada final. Sánchez recuperó una pelota, superó en velocidad algunas marcas y venció a Benji con un remate cruzado de zurda.
Águila ya no tuvo ninguna reacción positiva porque Marte ya se había agazapado en su zona baja. El cronómetro igual se devoró el tiempo y los marcianos volvieron a firmar una victoria más sobre los naranja. Este es el tercer triunfo en las últimas cinco visitas que los migueleños hacen a la capital. Águila solo celebró victoria en una ocasión.
El 2-0 también sirve para que los carabineros reduzcan a cuatro su desventaja frente al Pasaquina, su rival en la lucha por el descenso.
FESTEJO CON
MÚSICA DE TRÍO
En el Atlético de Las Delicias, el Santa Tecla también festejó la derrota de Águila, pero, más que eso, su victoria de 3-0 sobre la UES. Al conjunto tecleño le bastó la parte complementaria para finiquitar el duelo y dar el salto al liderato.
Ricardo Ferreira, a los 60 minutos, descorchó el vino con el primer tanto que abrió la ruta al triunfo. Luego, se sumó al festejo el infaltable Irvin Herrara.
La última sílaba de la victoria la colocó Aldair Rivera a los 80 minutos con el 3-0 definitivo. Después del tercer gol ya no hubo qué contar, más que la expulsión de Ricardo “el Manta” Alvarado, minutos antes del pitazo final.