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La decisión de diálogo que ha impregnado el Presidente Salvador Sánchez Cerén, a lo largo de estos más de dos años de Gobierno, para afrontar los grandes problemas de nación, ha sido tomada por ARENA como una debilidad, de ahí su actitud revanchista y del doble discurso.
ARENA, que en sus cuatro periodos de Gobiernos socavó la estructura fiscal del país al eliminar importantes impuestos, entre ellos la renta y el patrimonio, se vio obligada a acudir a los empréstitos, no solo para el pago de la deuda externa sino para gastos corrientes.
Actualmente, de los más de 600 millones de dólares que se pagan, al año por la deuda externa, más del 70% de la misma es deuda contraída por los Gobiernos de ARENA, desde la época de Alfredo Cristiani.
De ahí que cuando ARENA se niega a dar los votos al Gobierno del dialogante Presidente Salvador Sánchez Cerén, está negando a que El salvador salde los compromisos que como país adquirió durante los Gobiernos de ARENA.
En estos momentos, producto de que la Sala de lo Constitucional le negara al Gobierno los 900 millones de dólares en bonos que la Asamblea anterior le aprobó hace más de un año, y producto de un estructural déficit fiscal, el Gobierno del Presidente Sánchez Cerén se ve urgido de que la Asamblea Legislativa le apruebe 1,200 millones de dólares en bonos.
Un mil millones le servirían al gobierno para pagar los letes del tesoro, mientras que los 200 restantes millones, para concluir el año con todas sus obligaciones, incluyendo la exigencias de las alcaldías.
Y apelando a ese espíritu de diálogo para resolver esa crisis fiscal, el Gobierno aceptó una mesa de diálogo con ARENA para buscarle una solución.
No obstante, en cada sentada en la mesa de diálogo, ARENA inventa una condición, más bien para desesperar al Gobierno y que éste de por cerrada la negociación.
Y es que está claro, ARENA no quiere que se resuelva el problema de caja, lo que está haciendo es chantajear, al menos que se cumplan sus condiciones, propias de quien quiere co-gobernar.
El Gobierno, lo que debe hacer, pese a su principal virtud que es el diálogo, es desenmascarar a ARENA de forma contundente.
Es necesario que la población salvadoreña conozca la pretensiones de ARENA, es hora ya de lanzarse a la contra ofensiva estratégica comunicacional, y esto pasa por desenmascarar a los desestabilizadores.
