Por: Iván Escobar
Colaborador
@DiarioCoLatino
La palabra de Mons. Oscar Arnulfo Romero está vigente, y responde a muchas de las interrogantes que hay en la sociedad salvadoreña, es la conclusión que hace Theresa Denguer, teóloga que participó este viernes en las jornadas conmemorativas por el 43 aniversario del martirio del jerarca católico, asesinado el 24 de marzo de 1980.
“Nada me importa tanto como la vida humana” fue la conferencia que brindó Denger, en la cripta de la Catedral Metropolitana, una frase inspirada por el religioso que lleve a meditar que hay solución a todos los problemas, pero antes debe analizarse correcta y exactamente para entender la actual situación que vive el país centroamericano.
La teóloga recordó que los tiempos actuales en El Salvador, donde la fuerza armada tiene un alto protagonismo, se persigue a líderes sociales y comunales, se encarcela jóvenes y líderes sociales, se destruye el medio ambiente, se da paso a proyectos de muerte como la minería metálica y las urbanizaciones desmedidas, así como privilegios a la industria cañera, entre otros, recuerdan los tiempos de Mons. Romero cuando los derechos de los más pobres eran pisoteados diariamente.
“En esta frase de Mons. se resume todo su mensaje profético, su denuncia y su anuncia, y creo que la voz del profeta sigue resonando, por eso nos toca como actualizar este mensaje, está denuncia que hizo Mons. romero a todo lo que mata la vida humana”, afirmó Denger.
Denger remarcó que Mons. Romero “denunciaba los ídolos de la muerte, el gran ídolo la riqueza, que fue para él, el ídolo que produce más víctimas, otro ídolo que es la seguridad nacional, y creo que hoy en día estamos todavía bajo este poder muy peligroso de los ídolos y hay ejemplos que saltan a la vista, como la minería metálica, donde se mata, se enferma a la gente y a la tierra por el ansia de una minoría, también el imperio de la caña de azúcar, como lo denunció (el padre) Rutilio Grande, donde se enferma la tierra y se explota a la gente, por las ganancias”, puntualizó.
En términos generales, Denger remarcó que el mensaje del profeta es muy vigente, sobre todo al ver momentos en que la fuerza armada obtiene amplios poderes y mecanismos de represión. “Cuando leemos la cuarta carta pastoral, parece demasiado actual que asusta. Su palabra está vigente pero no nos quiere reprimir, Mons. siempre daba esperanza, llamaba a la organización…en tiempos difíciles y oscuros. Hoy también eso nos debe llenar de resistencia, esperanza, ingenio, organizarnos de modo muy inteligente y muy creativos para que no nos maten, que no hayan más mártires”, concluyó.
Un corrido a Mons. Romero
El mausoleo de Mons. Romero lucía este viernes radiante. Flores avivan con sus colores el espacio, velas en su memoria, y la presencia de muchas personas que llegaron hasta la cripta de Catedral Metropolitana para ser parte de las jornadas conmemorativas que organizó la Comunidad de Cripta, entidad que en los últimos 24 años ha mantenido viva la palabra y mensaje del obispo mártir.
Las cámaras digitales de periodistas y particulares comenzaron a retratar la figura de Edelvira Orellana Andino, una mujer de 73 años, que llegó desde la colonia Zacamil a rendir tributo a su pastor y mártir, así como todos los años, solo que en esta ocasión llamó la atención porque de su bolso sacó una pequeña grabadora digital color naranja, tenía una pequeña memoria, y de pronto comenzó a sonar el corrido a Mons. Romero una canción histórica, que pronto fijó todas sus miradas en ella.
“Mi hijo me la regaló, y le dije que me la dejara lista para traerle su canción a mi Monseñor”, manifestó la mujer, quien tomaba un breve descanso al costado de la tumba de Monseñor Romero, mientras tomaba energías para regresar a su hogar. “No me puedo quedar más, porque en la tarde tengo que salir a vender, a las 3 salgo hasta las cinco, vendo frutas en el sector donde vivo, y pues me toca caminar, pero aquí estoy “yo lo quiero como que estuviera aquí conmigo, él hablaba con la verdad”, recuerda la mujer con emoción.
Y reitera que cuando le conoció fue en tiempos que “no estaba yo en los caminos de Dios”. Dice que todos los domingos escuchaba sus homilías, y cuando murió estaba en Cuscatancingo, la sorprendió la noticia como a muchos, y le impactó.
Edelvira recuerda que fue al entierro de Monseñor “y me salvé porque me dio hambre, agarramos ese día para el mercado Sagrado Corazón, llegando iba cuando se escucharon las primeras bombas, sino, no estuviera contando el cuento”, recuerda. Al tiempo que se entristece por su ausencia, “si él estuviera aquí estaría hablando la verdad”, precisó.
El padre Vicente Chopin, quien ofició la tarde del viernes, la misa solemne, agradeció a los padres y maestros del centro educativo Divina Providencia, por llevar a los niños y ser parte de la misa. “Así debe ser, transmitir el mensaje de Monseñor Romero a las nuevas generaciones”, y remarcó que hoy en día, ante los problemas que vive el país, “es necesario que resucitemos en Mons. Romero”, enfatizó.
La jornada de hoy incluyó cantos, poesía, testimonios, y, sobre todo, un acompañamiento fiel de una comunidad católica que sigue caminando con la luz de la palabra de Mons. Romero.
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