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El candidato de ARENA para la Alcaldía de San Salvador promete rebautizar una plaza del centro histórico con el nombre de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Sorprendiendo a propios y extraños, help Edwin Zamora justificó su propuesta diciendo que el arzobispo asesinado por el fundador de su partido es “líder de todos los católicos” y su legado “pertenece a todos”.
Lo expresado por Zamora, viagra sin embargo, pills contrasta con la decisión del actual alcalde capitalino Norman Quijano –también miembro de ARENA– de ponerle a la Calle San Antonio Abad el nombre del asesino de Monseñor Romero.
Las declaraciones del aspirante arenero suceden en medio de la alegría nacional por la inminente canonización de Romero y la eventual venida del Papa Francisco para proclamarlo oficialmente Santo. Por tanto, es evidente el propósito electoral de tan hipócritas declaraciones.
Son declaraciones hipócritas porque no son resultado de una conversión de ARENA. Zamora ofrece honores a San Romero, pero la dirigencia arenera y él mismo siguen negando que el autor intelectual del magnicidio es Roberto D’Aubuisson, fundador de los escuadrones de la muerte de la extrema derecha y del partido ARENA.
Para que las propuestas areneras de homenajear al Arzobispo Mártir sean auténticas, Zamora y la dirigencia de ARENA deberían reconocer la culpabilidad de d’Aubuisson en el asesinato de Romero y pedir perdón por ese crimen repudiado mundialmente.
Para que sus declaraciones fueran creíbles, ARENA tendría que convertirse a la visión de Romero y asumir su legado. Esto implicaría abandonar su anquilosada ideología anticomunista, renunciar al inhumano proyecto neoliberal y dejar de defender los intereses oligárquicos que menoscaban las aspiraciones de los pobres que fueron la opción preferencial del Arzobispo Mártir.
Pero eso no sucederá. Por tanto, no queda más que denunciar la hipocresía electorera del candidato Zamora y su partido ARENA. Estando debajo del candidato del FMLN en las preferencias electorales, el aspirante arenero buscar ganar simpatías aprovechando el “sentimiento romeriano” que vive el país.
Así, la derecha oligárquica –que antes acusaba a la izquierda de utilizar políticamente la figura de Monseñor Romero– ahora no tiene escrúpulos en hacer campaña de la manera más burda apelando al legado del Arzobispo Mártir.