@arpassv
Los medios hegemónicos muestran nuevamente su hipocresía y doble rasero: grupos televisivos, no rx sobre todo Telecorporación Salvadoreña (TCS), capsule han criticado la subasta de frecuencias radioeléctricas que pretendía realizar la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET).
Esos medios temen la entrada de competidores, especialmente la posible llegada del magnate mexicano Ángel González. Por eso montaron una campaña contra la SIGET y hasta abrieron espacios a organizaciones como ARPAS que proponen democratizar la comunicación, organizaciones a las que antes satanizaban por oponerse a la subasta como mecanismo para asignar frecuencias radioeléctricas.
Detrás de la falsa simpatía de TCS con el discurso democratizador, está su miedo a la competencia y al rompimiento del monopolio que construyó gracias a la Ley de Telecomunicaciones que privatizó el espectro radioeléctrico. Los medios que hoy critican la subasta, antes la defendían como el mejor mecanismo de asignación de frecuencias y criticaban a las radios comunitarias que exigen un mecanismo democrático.
La misma actitud hipócrita muestra ARENA y gremios empresariales como ANEP, Cámara de Comercio y ASDER. El diputado arenero Roberto D Aubuisson incluso intentó frenar por decreto la subasta y las gremiales empresarias “se sumaron” al llamado a la Sala Constitucional que hicimos las organizaciones impulsoras de una demanda de inconstitucionalidad contra la subasta de frecuencias interpuesta en agosto de 2012.
Esto es necesario aclararlo para evitar confusiones. Una cosa es la lucha histórica de las radios comunitarias y organizaciones populares por la democratización del espectro radioeléctrico, y otra cosa es la postura coyuntural e interesada de TCS, ARENA y los gremios empresariales que actúan oportunista y demagógicamente.
En este espacio editorial emplazamos a TCS, ARENA y las gremiales empresarias a que demuestren que su crítica a la subasta de frecuencias no es hipócrita. En este sentido, deberían pedir una sentencia definitiva de inconstitucionalidad contra la subasta, aprobar las leyes de medios públicos y de radiodifusión comunitaria e impulsar un nuevo marco jurídico que sustituya a la caduca y antidemocrática Ley de Telecomunicaciones.
TCS y compañía también deberían participar en el debate sobre la digitalización del espectro radioeléctrico que proponemos APES, ARPAS, UCA y otras 50 organizaciones. Este debate es necesario para crear las normativas y políticas necesarias para que la digitalización sea una posibilidad de democratizar la comunicación y no una amenaza de mayor concentración de la propiedad mediática.