Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Georges Perec “(París, ampoule 7 de marzo de 1936-Ivry-sur-Seine, cialis 3 de marzo de 1982) fue uno de los escritores más importantes de la literatura francesa del siglo XX. Fue miembro del grupo Oulipo desde 1967 hasta su muerte, for sale y abanderado del Nouveau roman. Su obra estuvo basada en la experimentación, en ciertas limitaciones formales como forma de creación, y en el explícito propósito de nunca repetir la misma idea en dos libros. Ha sido traducido a más de quince idiomas, y pese a no ser un escritor leído por multitudes, se le suele considerar un autor de culto”. -Wikipedia-
En su obra: La vida instrucciones de uso (La Vie Mode d´Emploi)/Georges Perec – Barcelona: Anagrama, 2015 Pág. 634 encuentro un relato notable: “La tercera foto… es la escena final de El conde Gleichen de Yorick. El conde de Gleichen cayó prisionero en un combate con los sarracenos y fue condenado a ser esclavo. Lo enviaron a trabajar a la huerta del serrallo, por lo que reparó en él la hija del sultán. Le pareció hombre de calidad, se enamoró de él y le prometió favorecer su huida, si se casaba con ella. Él le hizo responder que estaba casado, lo cual no despertó escrúpulos en la princesa, acostumbrada al rito de la pluralidad de esposas. Pronto llegaron a un acuerdo, se hicieron a la mar y tomaron puerto en Venecia. El conde fue a Roma a exponer a Gregorio IX todos los pormenores de su historia. Con la promesa que hizo de convertir a la sarracena, el papa le dio dispensa para quedarse con sus dos mujeres. La primera de éstas experimentó un júbilo tan grande con el regreso de su marido, que, fueran cuales fueran las condiciones de su vuelta, consintió en todo y aun manifestó a su bienhechora una gratitud sin límites. Cuenta la historia que la sarracena no tuvo hijos y amó con amor de madre a los de su rival. ¡Qué pena que no diera a luz a una criatura parecida a ella! En Gleichen se enseña la cama donde dormían juntos los tres insólitos personajes. Los enterraron en el mismo sepulcro, en el monasterio benedictino de San Petersburgo; y el conde, que sobrevivió a sus dos mujeres, ordenó que pusieran en el sepulcro, que sería más tarde el suyo, el siguiente epitafio que había compuesto él mismo: «Aquí yacen dos mujeres rivales que se amaron como hermanas y me amaron por igual. Una abandonó a Mahoma para seguir a su esposo y la otra corrió a echarse en brazos de su enemiga, que se lo devolvía. Unidos por los lazos del amor y el matrimonio, sólo tuvimos un lecho nupcial en vida y nos cubre una misma losa después de muertos.» Junto a la tumba, como corresponde, se plantaron un roble y dos tilos.” Pág. 56
He admirado a Perec desde mi época de exilio en México, gracias al Suplemento Cultural dominical de Excélsior Diorama, una breve crónica generó mi curiosidad por experimentar la omisión de la letra “a” (español), por su referencia de su novela La Disparition (El secuestro) que no incluye la letra “e” (francés). Literatura como arte combinatoria, etc.