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Dr. Víctor Manuel Valle Monterrosa
Enfrente al costado poniente de la Catedral Metropolitana y al norte del Palacio Nacional estuvo, entre 1879 y 1955, la sede principal de la Universidad de El Salvador, conocida como «La Casona», donde se educaron varias generaciones de jóvenes para servir al país y nutrir, en muchos de ellos, la rebeldía noble y justiciera propia de los jóvenes.
La Casona fue construida e inaugurada durante la presidencia de Rafael Zaldívar, médico y político, que fue “hombre fuerte” durante varios años (1876-1885), hizo y reformó la Constitución Política a su medida para reelegirse, aprobó leyes para expropiar propiedades comunales y cederlas a los incipientes cafetaleros en nombre de la modernización de la economía y sacar al país de “la barbarie” y llevarlo a “la civilización”. Murió en Francia en 1903.
En 1955 el edificio de “La Casona” fue destruido por un incendio presuntamente causado por órdenes del funcionario militar coronel Enrique Palomo Bonilla, en una racha de incendios adjudicados a él en edificios públicos como Correos de El Salvador, Escuela Normal España, Mercado ex cuartel y otros. De ser cierta la presunción el funcionario de gobierno expresaba la inveterada animadversión de nuestros gobiernos hacia el pensamiento crítico que, inherente a su naturaleza, emana de la Universidad de El Salvador.
En 1960, cuando los estudiantes universitarios de El Salvador dieron muestras de valentía y decisión para influir en cambios contra desmanes dictatoriales, hasta demandaron a Palomo en un juzgado; pero en la acostumbrada sujeción de los juzgadores al poder político de turno, en ese tiempo concentrado todavía en el gobierno del teniente coronel Lemus, un juez hizo triquiñuelas instruidas para que el coronel Palomo quedara como “un manso palomo” libre de culpa alguna.
El coronel Palomo y su esposa fueron asesinados en septiembre de 1980, por un grupo armado de naturaleza desconocida, en el año fatídico cuando se encendió lo más grave del conflicto armado interno de los 1980, en El Salvador.
Cuando “la Casona” fue incendiada, el Rector era el Dr. Romeo Fortín Magaña, abogado y acérrimo defensor de la autonomía universitaria que siempre ha tenido el asedio oficial. El lugar se convirtió en un espacio conocido como «predio universitario» que, durante más de 60 años, tuvo varios usos desde ventas callejeras informales hasta depósito de materiales de construcción y escombros.
Actualmente, 2025, está a punto de concluirse una llamada Plaza Universitaria, un espacio público para que viandantes pasen momentos de solaz junto a otras instalaciones conocidas: Catedral Metropolitana, Palacio Nacional, Plaza Barrios, Biblioteca Nacional y lugares aledaños.
Ojalá los visitantes y transeúntes cuando visiten ese espacio, sagrado y laico a la vez, se percaten y asuman su valor histórico, que recoge más de 75 años de vida universitaria, cuando El Salvador solamente tenía esa Universidad y que, como dice el Himno Nacional, del país, en un verso escondido y poco conocido, en el caso de la Universidad de El Salvador ”Dolorosa y sangrienta es su historia, pero excelsa y brillante a la vez”
