Bogotá,/PL
Representantes de diferentes sectores y movimientos políticos colombianos se reunieron en la ciudad de Medellín en un denominado Congreso Internacional contra la Guerra, centrado en el llamado a la reconciliación nacional.
El evento que sesionó durante dos días en la capital del departamento de Antioquia cerró el jueves con un momento calificado de histórico por el presidente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), Rodrigo Londoño (Timochenko).
El máximo líder de la FARC se refirió hoy en twitter al abrazo en señal de reconciliación que se dieron el dirigente fariano Rodrigo Granda y el exjefe paramilitar Iván Roberto Duque Gaviria (alias Ernesto Báez).
Claro mensaje de otrora enemigos que a la guerra nunca más, subrayó Timochenko.
En el encuentro participaron delegados de Sudáfrica, Sahara Occidental, El Salvador, México y Guatemala, quienes intercambiaron sobre las experiencias en sus países para superar el conflicto armado.
Lo más sobresaliente del Congreso fue la presencia de representantes de la FARC y del M-19, de guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional y del Ejército Popular de Liberación y de exparamilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
‘No vamos a volver a la guerra, que quede claro que no volveremos a la guerra nunca más’, enfatizó Granda, miembro del Consejo Político Nacional de la FARC.
Granda exigió el cumplimiento de los acuerdos de paz por parte del Estado colombiano y la liberación del también dirigente de la FARC Jesús Santrich, cuyo arresto ha sido calificado de ilegal por el partido, surgido de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
Por su parte, Gaviria, considerado el ideólogo de las AUC, pidió perdón a las víctimas del paramilitarismo en Colombia. ‘Tenemos que reconocer el enorme daño que le causamos al país. No me cansaré nunca de pedir perdón a Colombia, a la historia y a Dios por lo que hicimos’, dijo.
Lo que trascendió como un hecho verdaderamente inédito en más de medio siglo de conflicto armado en Colombia fue el abrazo entre Granda y Gaviria que repercutió hoy en el ámbito doméstico como símbolo de esperanza, en medio de los nubarrones que amenazan con hacer naufragar el barco de la paz.