Por Charlotte Van Ouwerkerk
La Haya/AFP
El Estado holandés fue considerado este martes parcialmente responsable de la muerte de 350 musulmanes en la masacre de Srebrenica, en 1995, y tendrá que pagar indemnizaciones a las familias de las víctimas, 22 años después de hechos que ensombrecieron la historia del país.
«La Corte considera que el Estado holandés actuó de manera ilegal» y debe «pagar una indemnización parcial» a familiares de las víctimas, declaró la jueza Gepke Dulek al anunciar la sentencia de la Corte de Apelaciones de La Haya.
Fue un momento especialmente esperado por los allegados a los 350 muertos, que se desplazaron para asistir a este nuevo episodio de una de las páginas más oscuras de Holanda.
Durante la evacuación de un enclave de Naciones Unidas, los Cascos Azules holandeses «facilitaron la separación de los hombres y jóvenes musulmanes, sabiendo que había un riesgo real de que sufrieran un trato inhumano o una ejecución por parte de los serbios de Bosnia», declaró la magistrada.
Decepción y cólera
Aunque el tribunal reconoció la responsabilidad del Estado holandés en la matanza de 350 musulmanes y ordenó una indemnización financiera, desestimó en cambio una petición de las Madres de Srebrenica.
Estas mujeres pedían daños y perjuicios por la matanza de unos 8.000 hombres y jóvenes musulmanes, víctimas del genocidio en Srebrenica, escenario de las peores atrocidades cometidas en Europa desde la Segunda Guerra mundial.
Veinticinco de ellas estaban presentes en la audiencia de este martes, y al conocerse la sentencia, una de ellas expresó abiertamente su cólera contra la jueza Gepke Dulek.
Las tropas holandesas, conocidas con el nombre de «Dutchbat», replegadas en su base, habían acogido a millares de refugiados en el enclave de Naciones Unidas.
Pero al verse superadas, cerraron primero las puertas del lugar a los que llegaban, y luego permitieron a los serbios de Bosnia evacuar a los refugiados que ya estaban dentro. Los hombres y los jóvenes fueron entonces separados y colocados en autobuses.
«Dutchbat debió advertir a estos hombres de los riesgos que corrían y dejarles la opción de poder permanecer en la base», aseguró la jueza.
‘Misión irrealista’
Sin embargo, la Corte de Apelaciones condenó al Estado holandés a pagar solamente el 30% de los daños y perjuicios reclamados por las víctimas, al «no estar segura de que estas personas no habrían sido asesinadas incluso si hubieran permanecido en el enclave».
Un tribunal inferior ya dictaminó en 2014 que el Estado holandés era responsable de la muerte de los 350 hombres bosnios. Holanda recurrió la sentencia, alegando que no se pudo prever un genocidio.
Tanto las familias de las víctimas como el Estado holandés pueden aún recurrir ante la Corte Suprema.
En Holanda, el rol de los Cascos azules involucrados en los hechos entonces sigue generando controversia.
Unos 200 de entre ellos piden daños y perjuicios al gobierno por haberlos enviado a Srebrenica para cumplir «una misión irrealista en circunstancias imposibles», según las palabras pronunciadas el año pasado por Jeanine Hennis-Plasschaert, ministra de Defensa.