Santiago Leiva
@DiarioCoLatino
El Salvador da pena ajena. La armada de Carlos de los Cobos terminó desquiciada frente a una selección de República Dominicana que los superó en fútbol y, sobre todo, en picardía y descaro para robar tiempo.
El triunfo de los caribeños (1-0) también se vio favorecido por el permisivo arbitraje de Oshane Nation, quien permitió que los caribeños “grabaran novelas” dramáticas sobre el pasto del Cibao.
En el primer acto, la azul y blanco dio un concierto desafinado. Los pupilos del técnico azteca parecieron párvulos al momento de pasar la pelota, mientras que los dominicanos, sin tener más que orden táctico y efectividad, se fueron en ventaja al descanso.
Los cuscatlecos se vieron sorprendido por un gol de Jairo Bueno al minuto 7 y ese tanto los tulló por más de un cuarto de hora. Luego se les vino encima República Dominicana en velocidad y Marlon Trejo dio lástima por la banda derecha.
En ese lapso, que duró 20 minutos, los dominicanos pudieron ampliar el marcador, mientras que El Salvador, impreciso en el traslado de balón, apenas consiguió intimidar al portero Miguel Lloyd con un remate tibio de Marvin Monterrosa.
A lo largo del primer episodio, El Salvador tuvo dos opciones más para emparejar el marcador. La tuvo Juan Carlos Portillo, al ´21, y el mismo Monterroza, al ´45. Ambos dejaron en evidencia que tienen problemas para definir, pero en general desencajada la actuación del representativo cuscatleco.
Y es que el 4-1-4-1 que puso De los Cobos sobre el pasto sintético del estadio Cibao, en Santiago de Los Caballeros, fue errático y no tuvo luces en el pase, por lo que cayeron en categoría de “equipo de polvosa”.
La principal dificultad se tuvo en la tómbola central donde Monterrosa y Darwin Cerén no daban bola en pie a la azul -ayer de blanco- que se dividía en dos bloques que Dominicana lograba anticipar para quedarse con el segundo balón.
El complemento inició con los “merengueros” pisando la puerta de Henry Hernández que tuvo que sacar sus reflejos para evitar el segundo tanto de los caribeños.
Hasta ahí, las únicas nuevas de El Salvador eran que se llenaba cada vez más de cartulinas amarillas y los dominicanos convertían en teatro cada falta en contra.
Para colmo, al ´62, Jonathan Jiménez volvió a pecar de inocente y fue expulsado luego de propinar un manotazo a un rival.
La expulsión obligó al entrenador de la selecta a cambiar su esquema, pasó a jugar con línea de tres en el fondo y marcó posesión de balón, pero fue un dominio estéril: jamás pudieron descifrar el cerrojo y el tiempo se fue volando.
Ya en tiempo agregado, Andrés “el Ruso” Flores fue derribado en el área, pero la cuarteta arbitral, encabezada por el jamaicano Oshane Nation, hizo caso omiso a los reclamos de los cuscatlecos. Hasta Carlos de los Cobos se fue expulsado por protestar.