Santiago Leiva
@DiarioCoLatino
El cielo amaneció llorando en la capital y le acompañaron nubarrones grises en gran parte del día; sin embargo, la tarde se vistió de celeste y blanco, se vistió de novia con damas de honor para investir de gloria y resplandor a un Alianza que se cita con la historia medio siglo después.
El cuadro blanco se impuso ayer 1-0 a Santa Tecla en la final del torneo Clausura 2018, y no solo consiguió el bicampeonato, sino que también se sacudió la paternidad de la que gozaban los pericos.
Los paquidermos, que jugaron ayer la cuarta final consecutiva ante los tecleños, habían perdido las dos primeras finales, por lo que al ganar el Apertura 2017 y el Clausura 2018 emparejaron las cuentas y dejaron contenta a la afición.
La de ayer, futbolísticamente, no fue la final más vistosa, pero una final es una final y, sea como sea, le sobran condimentos para festejar. Se celebra desde una “cuquita” hasta un amague, desde un gol hasta levantar la copa. Y todo eso lo festejó Alianza sobre el césped y su hinchada desde las butacas.
El partido
Se levantó el telón y se puso en escena la disputa por un balón rojo y blanco como fuego. Una pelota caliente que quemó y no tuvo dueño exclusivo. Ni Alianza ni Santa Tecla consiguieron poner la bandera en la parcela ajena y eso provocó un primer acto bastante deslucido.
Jorge “el Zarco” Rodríguez colocó sobre el césped del Cuscatlán un muñeco que tuvo como primera pieza a Víctor García. Por delante de él estaban como guardias pretorianos Iván Marcía y Darío Ferreira, mientras que por los costados transitaban Jonathan Jiménez por izquierda y Rudy Clavel por derecha.
En la zona ancha, Isaac Portillo y Narciso Orellana figuraban en misión de gladiadores, mientras que Herbert Sosa, Marvin Monterrosa y Óscar Cerén llevaban la hoja de ruta y tocaban la corneta en ataque. Más adelante, Gustavo Guerreño fungía como punta de lanza.
La puesta en escena de Rubén “Polillita” Da Silva no fue tan diferente a la del “Zarco”. Paró un 4-1-4-1 que, aunque no incluyó en su totalidad las piezas habituales, tuvo el suficiente engranaje para construir trincheras y obstaculizar el camino de los blancos.
Con barricadas y trincheras a lo largo de la cancha, los enfrentamientos fueron cuerpo a cuerpo y los puestos de mando siempre estuvieron bien resguardados. Por el lado del Alianza, el meta Víctor García pudo jugar “Call of Duty” sin interrupciones, mientras que el mexicano Joel Almeida apenas intervino en un par de acciones.
Los blancos, sin embargo, encontraron el honor y la gloria en una rendija: una pequeña luz que solo vio Sosa, al ‘39, y que supo utilizar para ponerle un bombón al consagrado Monterrosa.
El capitán albo bajó la pelota con la izquierda, la cogió en el aire para hacerle un “sombrerito” a Almeida y poner a festejar a miles de gargantas blancas congregadas en el Cuscatlán.
La anotación fue un ligero pellizco para los pericos; pero estuvo más cerca Alianza de conseguir el segundo, que Santa Tecla del empate.
El tablero
Empujados por el gol, los paquidermos quisieron arrollar a los tecleños a la vuelta de los camerinos, pero lo que se vino fue una partida de ajedrez entre “el Polillita” Da Silva y “el Zarco”.
La entrada de Gerson Mayén, al ‘53, supuso para los pericos un mejor manejo de la tropa y consiguieron atrincherar al Alianza.
En ese lapso, que no sobrepasó los diez minutos, el cuartel paquidermo fue bombardeado, pero reaccionó rápido “el Zarco” y colocó dos artilleros para recuperar terreno. Se fueron de baja Clavel y Guerreño, pero en su lugar entraron Alex Larín y un ambicioso “Fito” Zelaya.
El 22 de los blancos llegó recargado y no solo tuvo para fusilar a Almeida, sino que también generó acciones de peligro que se esfumaron por mala fortuna.
Al ‘88, por ejemplo, asistió a Sosa, que pudo cerrar su gran tarde celebrando gol, pero se le quedó atorado en la garganta cuando su remate se estrelló en el horizontal.
Cuatro minutos más tarde, Sosa le devolvió el favor a “Fito”, pero el artillero blanco no le pudo dar la dirección deseada al balón y se esfumó el chance.
También tuvo en sus botines Juan Carlos Portillo la oportunidad de ponerse traje de goleador de finales, pero perdió un mano a mano frente a Almeida, quien desvió la pelota con el rostro.
En ese lapso, Santa Tecla solo dio señales de vida cuando el tiempo agonizaba, por lo que a los jugadores pericos no les quedó más que aceptar que Alianza les ganó la final en buena lid.
Lo que vino después fue una celebración blanca por todo lo alto, aunque hubo algún sin sabor, ya que no toda la plantilla que fue vital para conseguir el título número 13 figura en la lista del futuro.
De Rudy Valencia, que no vio ni un minuto en esta final, se sabe que no vestirá más de blanco. Gustavo Guerreño también confirmó que no va más, mientras que Cerén, una pieza clave en el esquema del “Zarco”, reconoció que tiene una oferta del extranjero.
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