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La noche buena de este 2021 estará marcada de nuevo por la pandemia del COVID 19, sin embargo, la celebración del natalicio de Jesús que vino al mundo al salvar a los hombres, se mantiene intacta en los corazones de los fieles católicos.
Y es que al celebrar la Fiesta de Navidad, el verdadero significado es celebrar que Jesús, el hijo de Dios, se hizo hombre para abrir las puertas del cielo, ya que cuando los primeros hombres pecaron, se cerraron las puertas del cielo y Dios en su inmenso amor mandó a su propio hijo para salvar al mundo.
Según cuenta la historia fue en la ciudad llamada Nazaret que vivía una mujer joven llamada María,era una mujer humilde que amaba mucho a Dios y pasaba mucho tiempo rezando. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre también muy bueno que se llamaba José que era carpintero.
Un día se le apareció a María el Ángel Gabriel, mandado por Dios quien le preguntó si quería ser la Madre del Hijo de Dios. Entonces María le preguntó al Ángel que ¿Cómo iba a tener un hijo si todavía no estaba casada? Y el ángel le respondió que el Espíritu Santo vendría sobre ella y se haría un milagro.
José se preocupó mucho cuando María le dijo que iba a tener un bebé. Pero una noche Dios le mandó a José un mensaje, en sueños un ángel le dijo que no dudara en casarse con María, pues el hijo que Ella estaba esperando era el Hijo de Dios y salvaría a los hombres del pecado.
Cuando José despertó y fue a buscar a María; la aceptó y cuidó de Ella, demostrando el carpintero que se debe escuchar a Dios y hacer lo que el te pida, aunque no se entienda del todo lo que Dios pide.
Sin embargo, en aquellos días el emperador Herodes dió la orden de contar a todos las personas que vivían en esa zona y todos tenían que ir al pueblo de donde era su familia para que los contaran.
El humilde carpintero José formaba parte de la Familia de David que era del pueblo de Belén, con María tuvieron que desplazarse, pero el viaje fue muy dífìcil para la Virgen María, porque ya había llegado el momento de que naciera el hijo de Dios.
En Belén no había donde descansar, las posadas estaban llenas de gente y al final José solo encontró un establo con animales, una vaca, un burr, ovejas entre otros.
La llegada del Mesias no se hizo esperar, llegó al mundo demostrando su amor por los hombres en medio de la pobreza, en un pesebre.
Jesús enseña que a Dios le gusta la sencilles, que no importen tanto las cosas materiales, y que hay que se mejor ser humano.
Un angel se le apareció a los pastores que cuidaban sus ovejas, y les dijo: ¨No tengan miedo, les traigo buenas noticias, hoy ha nacido en Belén el niño que será el Salvador, vayan a verlo¨. El cielo se llenó de àngeles que cantaban a Dios diciendo: ¨¡ Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor ! ¨
Los pastores corrieron hacia Belén y encontraron a José, a María y al Niño Jesús tal como les habían dicho los àngeles. Adoraron al niño y le ofrecieron sus humildes regalos.
El nacimiento de Jesús pasó hace miles de años, desde entonces el mundo celebra el día 25 de diciembre la Navidad y se pone un Nacimiento en las casas o en la Iglesia para recordar el Nacimiento de Jesús.
La Navidad entonces cada año permite que Jesús vuelva a nacer realmente en los corazones de quienes creen.
Por eso también al terminar el Adviento la iglesia celebra la Navidad, el momento en que Dios viene al encuentro del hombre como un niño indefenso, para acoger a Cristo en el corazón es necesario abrir la vida al Señor que nace en Belén.
La navidad es momento de dar y recibir amor, momento de estar en familia, época de renovar la fe en el nacimiento de Jesús, compartir, dar gracias por lo recibido. Esta época nos hace recordar valores como la unión, la paz, la solidaridad, esperanza y la fe, ocasión de expresar la amistad, el afecto, los deseos de felicidad para los amigos y familia.
La Navidad es la mejor época del año, y lo es por el tiempo de compartir con nuestros seres queridos, de reflexionar, de recapitular acerca de ciertos aspectos de nuestra vida; de perdonar y olvidar ofensas, de agradecer a Dios por los beneficios recibidos durante el año, y en especial, por celebrar el nacimiento de nuestro señor Jesucristo.
Si se da con generosidad, en lugar de despojarse se enriquece, en lugar de vaciar, se llena de riqueza superior, que no se ve con los ojos del cuerpo.
