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Huelga de brazos caídos ¡ya! Contra la tiranía de la Sala

Carlos Girón S.

Pareciera ser que la única, eficaz y urgente medida que nos imponen a nosotros, el pueblo salvadoreño, las circunstancias actuales, para echar al suelo a los 4 tiranuelos de la Sala de lo Constitucional, sería que nos vayamos todos a una huelga general de brazos caídos.

Simples acciones como el desacato, como forma de protesta y condena contra sus abusos violatorios de la Carta Magna que cada 24 horas cometen ellos, no es nada que pueda molestarles. Risa les causaría. Ha quedado evidenciado que aun la misma Asamblea Legislativa, progenitora de semejantes monstruos, les tiene pavor, pues se niega a obedecer el mandato del soberano de que los destituya ipso facto. Nadie sabe a ciencia cierta a qué se atienen estos 4 tiranos pigmeos. Lo que sí se sabe es que, aunque parezcan tiranos, en verdad sólo son amanuenses genuflexos de los poderosos del oro en nuestro país.

Una simple acción de desacato en contra de ellos no es nada que pueda molestarles. Risa les causaría.

Lo que nos corresponde a nosotros, el pueblo soberano, es, como paso previo a la insurrección total, decretar una huelga de brazos caídos indefinida, hasta que esos tiranos y quienes mueven sus hilos caigan.

La huelga estaría garantizada pues no habría el menor temor de que fuera reprimida por un Gobierno que es legítimo y democrático, y que más bien, vería con buenos ojos tal gesta patriótica –que no debe pensarse mucho. Pueden organizarla los movimientos y organizaciones civiles que en verdad ya están en marcha, pero que deben dar ya el paso decisivo y fulminante. Perfectamente podría declararse y hacerse el llamado general en una próxima Tribuna Popular de las que organiza los viernes el FMLN. Seguro que  el pueblo respondería espontáneamente. La gota que ha hecho rebalsar el vaso es: 1- declarar “inconstitucional” el Presupuesto General de la Nación del año en vigencia, y 2- amenazar con el no pago de sus pensiones a más de 175 mil hombres y mujeres ya jubilados… ¿Por qué dejar que esos tiranos nos agarren al pueblo a patadas y a nuestra República como palo de árbol para mearlo como lo hacen los chuchos? ¡No! ¡Ya es un hartazgo general!

Por eso es necesaria, urgente, la huelga de brazos caídos. Este movimiento debe ser todo un grito libertario, para reconquistar nuestra libertad conculcada y pisoteada por estos 4 tiranos que desde hace ratos se han declarado enemigos jurados de todos nosotros, el pueblo soberano. Para cobrar fuerzas no debemos olvidar que la lucha es de más de 6 millones de hombres y mujeres libres, contra una cuadriga de tiranuelos, sin el más raquítico valor moral y, al menos, uno de ellos con procesos judiciales pendientes.

Cualquiera podría estar pensando que lo que convendría sería lanzarnos a otra acción guerrillera de mayor envergadura que la de los 12 años; pero, no es necesaria. Más poderosa es, para los propósitos anhelados, la paralización del país por la huelga general del pueblo. Esta arma es invencible y ni el más feroz de los tiranos podría impedir sus efectos. Si no, bajen a la tumba a preguntarle al general Hernández Martínez. Los universitarios perfectamente podrían ser los abanderados de esta jornada patriótica de la huelga general.

En el pasado reciente, la AGEUS se lanzaba a las calles a desafiar incluso las balas. Cuando botamos a Lemus así sucedió. Veníamos el grupo de estudiantes por los alrededores del Cuartel San Carlos cuando se nos vino una lluvia de balas. Nos dispersamos a los lados de la calle y amainó la lluvia. Pero después nos fueron a apalear a los recintos universitarios. Corrió sangre y hubo muchos golpeados y heridos. Pero el déspota –que era hondureño–cayó.

Ahora, otra vez es momento en que la juventud defienda su futuro. Los rectores de varias universidades, incluida la nacional, ya han levantado sus voces volviendo por los derechos de la población.

En el caso del agua, por ejemplo, han hecho causa común con el MARN exigiendo la aprobación de la Ley General del Agua, rechazando la pretensión de privatizar el vital líquido para el beneficio exclusivo de las empresas que lo mercantilizan.

Los hombres no deberíamos esperar a que sean las mujeres quienes salgan a defender la Patria y a rescatarnos a nosotros los hombres como lo hicieron las famosas Sabinas romanas. Nuestras mujeres de hoy en día han cobrado mayor consciencia de su propia valía, acentuando su dignidad. Han cobrado mayor autoestima gracias a la educación y las capacitaciones recibidas en las muchas sedes actuales de CIUDAD MUJER en lugares estratégicos del territorio nacional. Su lideresa, Vanda Pinato, les ha dado el ejemplo y seguramente les ha aconsejado muy sabiamente. Seguramente a ella le gustaría alzar la bandera y dar un paso al frente.

Esta puede ser para nuestras mujeres su hora cumbre, lanzándose a comandar la huelga de brazos caídos para rescatar la Patria, arrancándola del puño opresor en que la mantienen los tiranos – Rodolfo González, Belarmino Jaimes, Florentín Meléndez y Sidney Blanco  –cuyos nombres ya están inscritos con letras negras en los anales de nuestra historia.

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