Por Julien Girault
Pekín/AFP
Empleados de la estadounidense Coca-Cola y la japonesa Sony fueron a la huelga el jueves en China, preocupados por la decisión de ambas firmas de vender una parte de sus actividades en el país a empresas chinas.
El baile de adquisiciones, cesiones y deslocalizaciones que afecta a la industria china, en dificultades, provoca desconfianza entre los trabajadores locales.
Así, la actividad de una fábrica de piezas de cámaras para teléfonos inteligentes de Sony, en Cantón (sur), lleva totalmente interrumpida desde hace dos semanas a causa de una huelga de obreros contra su venta, indicó el jueves el gigante japonés de la electrónica.
El grupo anunció a principios de noviembre que vendía al chino Shen Zhen O-Film Tech su filial Sony Electronics Huanan, gestora de esta fábrica cantonesa que emplea a 4.000 personas.
«Se desencadenó una huelga en reacción a esta decisión de cambio de propietario», señaló a la AFP un portavoz de Sony.
Los trabajadores están preocupados por una eventual degradación de sus condiciones de trabajo, de su remuneración o por reducciones de plantilla.
«Hace diez años que trabajo para el grupo japonés, con un buen nivel de sueldo y de indemnizaciones», explicó por teléfono a la AFP Liu, una empleada en huelga.
Pero, con el comprador local, todo podría cambiar. «Todo el mundo sabe que, en sus fábricas, los salarios son mediocres, los despidos, numerosos, y que impone horas extras no pagadas», denunció.
Según ella, Sony ya habría despedido a unas treinta personas de la empresa, un mal presagio.
‘¡Indemnización!’
Por otro lado, empleados de Coca-Cola se declararon en huelga en tres ciudades chinas tras la decisión del fabricante de bebidas estadounidense de vender sus actividades de embotellado en China continental.
El sábado, Coca-Cola anunció su intención de vender la totalidad de sus actividades de embotellado en China continental al conglomerado hongkonés Swire Pacific y al grupo estatal Cofco, gigante chino de la industria agroalimentaria.
Los trabajadores temen que los nuevos dueños lleven a cabo reducciones de plantilla y de salarios.
Tres plantas de Coca-Cola, en Chongqing, en Chengdu (suroeste) y en la provincia de Jilin (noreste) se vieron afectadas por la huelga, según fuentes concordantes.
Unos 500 empleados no acudieron a su puesto en Chongqing, indicó el jueves el diario oficial Global Times, que precisó -citando a un huelguista- que la fábrica ya había despedido este año a 200 de sus 1.000 empleados.
En fotografías consultadas por la AFP se veía una gran pancarta roja a la entrada de la fábrica con el lema «Hemos trabajado duro durante una década, pero nos han vendido en menos de un segundo. ¡Indemnización!».
Por su parte, un obrero de la fábrica de Chengdu, que pidió el anonimato, indicó el jueves a la AFP que más de 600 empleados secundaban la huelga.
«Exigimos que la empresa desvele los detalles del proceso de concesión y sus proyectos para el periodo de transición», reclamó.
Choques con la policía
A raíz de la creciente venta y cierre de empresas en China, las huelgas y las manifestaciones se han multiplicado en el país.
China Labour Bulletin, una oenegé con sede en Hong Kong, registró 2.774 en toda China en 2015, más que durante los cuatro últimos años, principalmente para reclamar el abono de salarios impagados.
Las autoridades suelen intervenir en las movilizaciones, a menudo haciendo uso de la fuerza.
En Chongqing se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los huelguistas, según videos publicados en línea, donde se veía a policías empujando a obreros con el emblemático uniforme rojo de la marca estadounidense.
Contactada por la AFP, la policía municipal señaló que no disponía de información al respecto.
En Cantón, la policía intervino en el complejo de Sony, «hiriendo a algunos empleados y llevando a varios a comisaría», según Liu.
Sin embargo, no se espera que la movilización haga recular al gigante nipón, que aseguró a la AFP que la cesión seguiría adelante.