Puerto Príncipe/Sputnik
La mayoría de las actividades en la capital de Haití se encuentran este lunes paralizadas ante el llamado a huelga general y protestas de organizaciones populares y sindicales, que exigen la revocación del aumento de los precios de los combustibles, según pudo constatar la Agencia Sputnik en un recorrido.
Comercios, bancos, instituciones privadas y públicas, así como los mercados informales se encuentran cerrados, sin transporte colectivo y escaso movimiento de vehículos particulares.
El Frente Unido de Transportistas y Trabajadores de Haití, así como la Coordinación Nacional de Trabajadores Haitianos (CNOHA) llamaron a los ciudadanos a mantenerse en casa para presionar al Gobierno a dar marcha atrás a la medida que, a su juicio, empobrecerá aún más a la población vulnerable.
«CNOHA pide a todos los trabajadores de las fábricas sentarse en casa esta semana en resistencia contra el aumento de gasolina, porque cada vez que sube la gasolina, pagamos las consecuencias», aseguró el coordinador de la estructura, Dominique St Eloi, en un mensaje en Twitter.
Roodyene quien gestiona una pequeña tienda de comestibles en Canapé Vert, al sur de Puerto Príncipe, dijo a la Agencia Sputnik que respetará la huelga porque ya muchas personas no pueden comer.
«La situación es muy difícil para miles de personas con trabajos informales y poco remunerados. Si aumentan los combustibles será imposible», dijo el comerciante.
Además del paro general, otras organizaciones convocaron a manifestaciones esta semana y reclamaron la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.
El Movimiento Popular por el Cambio aseguró que el jefe de Gobierno no ha sido capaz de frenar el fenómeno de la inseguridad ni el aumento vertiginoso de los productos de primera necesidad, mientras la inflación supera el 30 por ciento.
La plataforma llamó a protestas este lunes y miércoles para exigir la instauración de un nuevo Ejecutivo.
La crisis de Haití se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, al tiempo que la inseguridad empujó a decenas de miles de personas a migrar, con la consecuente reducción de empleos y el empeoramiento de la crisis económica.