Por Juan José Rodríguez
Ciudad de Panamá/AFP
Las obras de ampliación del canal de Panamá, clinic que acumulan un retraso de un año, click se han vuelto a detener el miércoles por una huelga de trabajadores de la construcción en demanda de aumentos salariales.
«El proyecto de ampliación del canal de Panamá, que es la principal megaobra del país, está paralizada», aseguró a la AFP Saúl Méndez, secretario general del sindicato de la construcción, Suntracs.
El sindicato de la construcción demanda un incremento salarial de 20%, que los empresarios rechazan al considerarlo excesivo.
Según el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), encargado de las obras de ampliación de la vía interoceánica, los trabajadores afiliados al Suntracs «están atendiendo el llamado a huelga», lo que «afecta en su totalidad las labores productivas» e «impacta el cronograma de trabajo del proyecto».
La ampliación del Canal ya se había visto afectada este año cuando el consorcio detuvo las obras del 5 al 20 de febrero por falta de liquidez, lo que llevó a intensas negociaciones con la autoridad canalera para reanudar los trabajos.
Según Méndez, «el 95% de las obras de construcción, incluyendo los megaproyectos, están paralizados» producto de una huelga que «no se levantará hasta que se firme el convenio colectivo».
Negociaciones sin avances
El Suntracs y la Cámara Panameña de la Construcción llevan desde octubre negociando un nuevo convenio colectivo y este miércoles volverán a sentarse para tratar de buscar un acuerdo.
Según Méndez, la patronal habría propuesto un incremento salarial de 21% en cuatro años, mientras que el sindicato pide un aumento de 20% anual sobre los 2,73 dólares por hora que cobra un obrero de la construcción no calificado y los 3,67 dólares de un trabajador calificado.
«Los empresarios han hecho propuestas irrisorias que no cubren ni siquiera la inflación proyectada para los próximos años», añadió Méndez.
«Los trabajadores de la construcción y los empresarios de la construcción merecen una negociación justa, basada en un diálogo pacífico entre las partes y sin presiones, para así avanzar en una agenda conjunta en materia salarial», había advertido el presidente de la Cámara de Comercio de Panamá, José Luis Ford.
Atrasos acumulados
Según este gremio empresarial, una huelga genera «un ambiente de intranquilidad en el país», que se prepara para realizar elecciones generales el próximo 4 de mayo.
El presidente panameño, Ricardo Martinelli, consideró justo el aumento para los trabajadores pero urgió a las partes a negociar.
«Yo creo que los trabajadores se merecen su aumento, pero tienen que conversar y llegar a una solución», dijo Martinelli según un comunicado de la Presidencia.
Las obras debían estar finalizadas en 2014, cuando el Canal cumple su centenario. Sin embargo, por diversos retrasos las fechas se han ido posponiendo y ahora se estima que concluirían en diciembre de 2015 para inaugurar la vía en 2016.
Martinelli había dicho el martes, tras una inspección al proyecto, que la ampliación de la vía para que barcos de más de 12.000 contenedores -el triple de carga de los que pueden pasar actualmente- iba «viento en popa», después de la paralización de principios de año.
GUPC, compuesta por la española Sacyr, la italiana Salini Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana, llegó a detener las obras por reclamos de 1.600 millones de dólares por sobrecostos, rechazados por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
El pasado 2 de abril el administrador del Canal, Jorge Quijano, aseguró que la ampliación de la vía avanzaba a un 60% del ritmo que debería llevar por la paralización de principios de año. Afirmó ese día que «poco a poco se ha ido reanudando la actividad» pero advirtió que era necesario aumentar la producción en 10% «para poder recobrar algo del tiempo perdido».
Según informes oficiales, el proyecto total, presupuestado en 5.250 millones de dólares, lleva un avance de 72%, y el tercer juego de esclusas, valorado en 3.200 millones de dólares, de 70%.
Por el Canal, de 80 kilómetros, pasa 5% del comercio marítimo mundial. La vía pasó de manos estadounidenses a panameñas en 1999. Estados Unidos y China son sus principales clientes.