Comodoro Rivadavia / AFP
Sonia Avalos
Escuelas cerradas, rutas cortadas, hospitales al mínimo, y funcionarios públicos en pie de guerra. Chubut, la principal provincia petrolera de Argentina, tiene a sus finanzas al rojo vivo y es una de las caras más dramáticas de la crisis argentina.
La provincia patagónica, polo de atracción turística en esta época del año, está ahogada en deudas y no puede pagarle en tiempo y forma a maestros, médicos, empleados judiciales, administrativos, jubilados y fuerzas de seguridad.
«No sé cuándo termina esto», dice angustiada Yael Matos que cobra a cuentagotas su salario de maestra.
Chubut es una de las provincias más desbordadas en el huracán económico de Argentina, un país de 44 millones de habitantes que sufre una nueva crisis con los mismos ingredientes: alta inflación, peso devaluado y una gigantesca deuda.
– «No tenemos fecha de pago» –
La provincia, situada en una extensa meseta entre la cordillera de los Andes y el océano Atlántico y visitada por centenares de turistas para el avistaje de la ballena franca austral, está paralizada.
Más de 60.000 empleados públicos, maestros y jubilados no han cobrado agosto, ni saben cuándo lo harán.
El martes por la noche manifestantes encendieron fogatas frente a la legislatura tras conocerse la muerte de dos maestras en un accidente en la ruta en el regreso de una protesta en la capital provincial.
Más temprano la presentación del presupuesto había caldeado los ánimos al trascender que incluía un aumento del 100% del sueldo del gobernador.
«No tenemos fecha de pago, íbamos a cobrar hoy pero no cobramos y aparte de eso vamos a cobrar sin aumento, escalonado y en cuotas», añade Matos.
En la pizarra de un salón de escuela se lee «1 de agosto», último día que hubo clase este año.
«Hay empatía de la sociedad», afirma la maestra y admite que el año escolar está casi perdido.
– «Es tétrico» –
La atención pública sanitaria está reducida a guardias mínimas en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, la ciudad petrolera donde en 1922 se fundó la estatal YPF, 1.800 km al sur de Buenos Aires.
En el vetusto hospital, no hay suficientes sábanas limpias, los sueros se apilan en los pasillos y hay que persignarse antes de subir al ascensor. Uno se cayó hace un par de años y desde entonces el hueco permanece tapado con maderas.
«Acá el único conflicto es que queremos cobrar por trabajar», se queja Anita Fernández, empleada de depósito del Hospital Regional donde un millar de trabajadores están en huelga.
La «obra social» (prestación médica sindical) de los empleados estatales atiende tres veces a la semana. «Tenés que calcular el día que te podés enfermar, es tétrico», ironiza Gladys Díaz del sector salud mental del hospital.
En la morgue se limitaron las autopsias por escasez de insumos y en la puerta se acumulan tachos con residuos patológicos, guantes de látex y jeringas usadas.
«Este hospital está sin ingresos, sin insumos, sin infraestructura», afirma Díaz.
– «La gente no puede pagar» –
La caída de la actividad comercial es palpable. «La gente ya no puede pagar porque no cobra», dice a la AFP María, vendedora de una tienda en ‘liquidación por cierre’.
Con casi 600.000 habitantes, Chubut tiene el 45% de las reservas comprobadas de petróleo de Argentina y 9% de las de gas natural. Unos 18.000 operarios trabajan para 17 empresas que explotan sus yacimientos donde se produce el 30% del petróleo del país y el 50% del gas natural.
«El parque industrial sufrió una merma de entre el 30 y el 40%», indica David Klappenbach del sindicato del Petróleo que nuclea al personal jerárquico. Lo adjudica a la competencia por las inversiones en el megayacimiento de Vaca Muerta en la vecina provincia de Neuquén.
– Encrucijada –
La de Chubut es una tragedia dentro de la crisis económica de Argentina. La tercera economía de América latina está en recesión con 32% de pobreza, 10% de desempleo y la inflación de 2019 acumulada a agosto en 30%.
Así como el gobierno del presidente Mauricio Macri se endeudó con el Fondo Monetario Internacional por unos 57.000 millones de dólares, Chubut buscó auxilio por 700 millones de dólares al punto de convertirse en la provincia con mayor deuda por habitante.
Pero el salvavidas resultó de plomo porque casi el 80% de su deuda son títulos en dólares en un país cuya moneda se depreció más del 65% desde enero de 2018.
«Los ingresos no cayeron tanto, pero los gastos aumentaron 80% en el primer semestre de 2019 en relación al mismo período del año anterior y gran parte se debe a los servicios de la deuda pública», explicó a la AFP Facundo Ball, director del Departamento de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia.
Casi el 70% de sus regalías petroleras se van en el pago de deuda.
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