Por Laurent Lozano/Ashkelon/AFP
El palestino Mohamed Allan, check en huelga de hambre para denunciar su régimen carcelario, there salió este jueves del coma, ailment un día después de que un tribunal suspendiera su detención sin juicio, poniendo en una disyuntiva a las autoridades israelíes.
«Vamos a anunciarle (…) las decisiones legales tomadas ayer, para convencerle de comenzar a administrarle líquidos y azúcar», dijo a los periodistas el director del hospital Barzilai de Ashkelon (oeste de Israel), Chezy Levy.
«Espero que comprenda que la situación cambió completamente desde un punto de vista legal, y que acepte empezar gradualmente a alimentarse por vía digestiva», añadió.
El Tribunal Supremo israelí decidió el miércoles, a la vista del degradado estado de salud de Allan tras casi sesenta días de huelga de hambre, suspender «por ahora» su detención sin inculpación y mantenerlo en cuidados intensivos.
Poco antes, sus médicos le habían inducido un coma artificial, indicó una portavoz del hospital Barzilai, por lo que Allan desconocía la decisión judicial. El martes había salido de un primer coma en el que cayó a finales de la semana pasada.
Por el momento se desconoce la reacción de Allan y su capacidad para analizar la nueva situación, por lo que no se sabe si pondrá fin a su huelga de hambre, que puso a las autoridades israelíes en una situación complicada.
Según el médico, Allan «está mejor» tras el nuevo episodio comatoso y habló con las personas de su entorno, pero «está muy débil» y la recuperación parece que será «muy, muy lenta».
La más alta instancia judicial israelí no aclaró el miércoles si Mohamed Allan será puesto de nuevo en la denominada detención administrativa si se recupera, y tan solo especificó que el Estado se mostró dispuesto a liberarlo si hubiera sufrido daños irreversibles.
La decisión judicial, vista como una salida provisional del punto muerto político y humanitario, supuso una frustración para muchos, tanto israelíes como palestinos, pues no hizo más que reavivar la controversia sobre la detención administrativa.
Allan, abogado de 31 años de Naplusa y defensor de los presos palestinos, se convirtió en el rostro de la lucha contra esta condición carcelaria, uno de los grandes combates palestinos. Detenido en noviembre de 2014, comenzó su huelga de hambre el 18 de junio.
Los motivos precisos de su detención nunca se han aclarado públicamente. La Yihad Islámica, organización considerada como terrorista por Israel, lo describe como uno de los suyos.
«A las puertas de la muerte»
Uno de sus abogados, Jamil al Jatib, denunció en un comunicado que el palestino no se encontraría en esta situación si el Tribunal Supremo se hubiera pronunciado antes de encontrarse «a las puertas de la muerte».
La detención administrativa, un régimen de encarcelamiento extrajudicial, permite a las autoridades israelíes detener a un sospechoso sin inculpación durante seis meses, renovables indefinidamente.
De los alrededor de 5.800 detenidos palestinos, unos 340 se encuentran en esta situación, según las autoridades israelíes, mientras que los palestinos los cifran en 450.
El Club de presos palestinos criticó una decisión que «elude la decisión que se debería tomar, la de liberarlo».
Su caso es un rompecabezas para las autoridades israelíes, a las que les preocupa no parecer que ceden a un chantaje y que el riesgo de que su eventual muerte desencadene una nueva escalada de violencia.
La discordia en torno a la decisión judicial llegó incluso al campo de Benjamin Netanyahu. La ministra Miri Regev, del partido Likud del primer ministro, acusó al tribunal supremo de «ceder al chantaje del terrorista Mohamed Allan», en lugar de alimentarlo por la fuerza, como lo permite una ley aprobada en julio para enfrentarse a este tipo de situaciones.