Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
La ONG “Huellas”, reconocida por su labor en conectar a jóvenes voluntarios con personas en situación de vulnerabilidad, ha llegado a San Salvador para extender su misión de solidaridad. Es decir, para compartir juegos, música y proyectos solidarios con niños y adultos mayores.
Huellas tiene consigo una trayectoria de más de 16 años. La entidad que nació en La Plata, Argentina, ha dejado su huella positiva en miles de personas en 11 ciudades de Sudamérica, proponiendo un voluntariado único que invita a los niños y ancianos a vivir la experiencia de ayudar a otros desde su propio lugar.
La organización sin fines de lucro, fundada en 2007, brinda la oportunidad a adultos mayores, niños y jóvenes voluntarios de dejar su huella en la vida de otros. En hogares de niños, comedores y asilos, Huellas crea un espacio donde las personas se reúnen para compartir juegos, música y proyectos solidarios.
El diferenciador de Huellas, según su filosofía organizacional, es empoderar a los adultos mayores y niños, que son visitados, dándoles la oportunidad de realizar algo por otras personas, convirtiendo a ellos mismos en agentes de cambio.
Los proyectos realizados, como la creación de juguetes o elementos didácticos, son luego donados a instituciones o personas que los requieran.
En la lista de los lugares a los que han llegado dejando su huella, se encuentran hospitales, hogares, comedores, centros penitenciarios, instituciones y talleres que colaboran con niños con autismo, síndrome de Down, personas con ceguera, disminución auditiva y un largo listado de organizaciones.
Dicho espíritu solidario ha movilizado a más de 3,500 jóvenes latinos; entre ellos a José, un salvadoreño que tuvo la oportunidad de vivir en Argentina entre 2017 y 2019, y tenía el sueño de que la ONG llegara a su tierra. Su historia es un testimonio de cómo la organización no solamente es un proyecto de voluntariado, sino una esperanza de motivación de personas en situación vulnerable.
Según información de Huellas, José encontró en Huellas un propósito renovado luego que tuvo emociones bajas por la pérdida de su abuelo. José participó como voluntario en hogares y comedores, descubrió una nueva fuente de energía y alegría en el servicio desinteresado a los demás.
“El clima de empatía que Huellas difunde complementó y enriqueció la vida de José de maneras inimaginables. La organización se convirtió en una energía vital brindándole motivación y una conexión más profunda consigo mismo y con los demás. Durante sus años como voluntario en Argentina, José experimentó la magia de Huellas de manera profunda, encontrando en la organización un refugio que alimentaba su bienestar emocional”, comentó la oenegé.
La ONG se ha expandido progresivamente a once ciudades y ahora se suma San Salvador a fin de generar un impacto significativo en la sociedad.
Huellas, recientemente, formó una alianza con la aerolínea Arajet, con la intención de expandirse por toda América Latina. Esta colaboración marca el inicio de un trayecto hacia su meta de explorar nuevos horizontes y ampliar su ayuda a una audiencia más extensa.
“Soñamos en grande, y con la ayuda de Arajet, traemos nuestras huellas a San Salvador para seguir transformando vidas”, comentó Ezequiel Rodríguez Padilla, fundador de la ONG.
La llegada de Huellas a San Salvador ha sido posible, también, por otras entidades como el hotel Barceló, Charly’s Place Zona Rosa, Mizata by Antiresort, The Cabins y Hostal Villa la Casita en Santa Ana, el sueño de llegar a ayudar a cientos se hace realidad.
Según Huellas, solo necesitan llegar a una nueva ciudad para difundir el espíritu de voluntariado y solidaridad en una comunidad. Después de unas semanas, el movimiento se establece y se propaga de persona en persona.
“Durante dos meses viajan voluntarios experimentados a la nueva ciudad, y con la ayuda de las redes sociales y los medios de comunicación comienza la magia solidaria”, comentó su fundador.
En su camino hacia la expansión y el impacto, Huellas recuerda su lema: “Somos Huellas y cambiamos vidas a través del voluntariado”, dicha frase resume la esencia de su misión y refleja el compromiso que tienen con la transformación positiva de las comunidades a las que asisten. Para José, Huellas es más que una organización; es “la mejor experiencia de vida”, un recordatorio constante de la importancia de creer en los demás y en el poder transformador del amor. En ese sentido, Huellas invitó a los salvadoreños a sumarse al proyecto, donde no hay requisitos previos, solamente el ánimo de ayudar e impactar de manera positiva en abuelos y niños.
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