Ciudad de Panamá/AFP
Los huevos que las tortugas depositan en las costas del Pacífico panameño tienen un alto contenidos de metales tóxicos como el cadmio, relacionado a enfermedades como la osteoporosis y el fallo renal, según un estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) divulgado este martes.
Como resultado del hallazo, el STRI, con sede en Panamá, y la Universidad canadiense de McGill, que colaboró en el estudio, advirtieron que el consumo de huevos de tortugas «podría ser peligroso, especialmente para los niños».
El estudio señala que la contaminación de los huevos se produce porque las medusas, algas, camarones y otras especies de las que se alimentan las tortugas pueden contener metales peligrosos debido al empeoramiento del estado de las aguas en que habitan.
«Estamos descubriendo que el consumo de huevos de tortuga puede ser perjudicial y ciertamente debe ser tratado como un problema potencial para la salud pública», comentó Héctor Guzmán, científico del STRI.
Los investigadores colectaron huevos de tortuga verde (Chelonia mydas) y golfina (Lepidochelys olivacea) y en ellos encontraron concentraciones de manganeso, hierro, cobre, zinc, arsénico, cadmio y mercurio, mientras que los niveles de plomo «eran más bajos», dice la nota.
Los científicos destacaron que el cadmio, producto de la contaminación atmosférica y de las aguas, es el mayor riesgo para quien consuma estos huevos.
De ese metal, relacionado a problemas de osteoporosis, daños y fallos renales, se encontraron en promedio 0,09 microgramos por gramo en huevos de tortugas verdes y 0,07 microgramos por gramo de huevos de tortuga golfina.
«A pesar de que comer un par de huevos de tortuga puede no ser peligroso, la gran cantidad de huevos de tortuga consumidos por algunas personas podrían contribuir sustancialmente a problemas de salud a largo plazo», comentó David Ross, autor principal del estudio por la Universidad de McGill.
En Panamá la venta de huevos de tortuga está prohibida, lo que no ha evitado que de forma furtiva cazadores se apoderen con fines comerciales de los huevos, que estos animales depositan en un pozo poco profundo en las playas.
«La caza furtiva indiscriminada de huevos de tortuga marina tiene efectos devastadores sobre estas especies en peligro», dijo Guzmán.