Liliana Martínez-Scarpellini
Los Angeles/dpa
Con un mes de febrero más bien escaso en lo que a estrenos de peso se refiere, “Logan” está llamado a ser el próximo gran acontecimiento en cartelera. Aliciente no le falta: supone la despedida de Hugh Jackman de las garras de “Wolverine”.
Dirigida por James Mangold, es la décima entrega de la saga “X-Men” y la tercera y última centrada en el personaje de Wolverine tras “X-Men Origins: Wolverine” y “The Wolverine”.
La película está ambientada en el año 2029, en un momento en el que la población mutante ha menguado de forma considerable y los X-Men se han desintegrado. Logan ahora trabaja como chofer y en uno de sus servicios conoce a una joven llamada Laura, con unos poderes de combate extraordinarios y con unas características muy similares a las del propio Wolverine.
Pero hay algo más: la mujer es perseguida por una poderosa corporación que anda detrás de su ADN como forma de explicar el secreto que le une a Logan. Como apunta el propio director, es un intento de “poner un final a las interpretaciones de Hugh Jackman como Wolverine”.
El objetivo, añade, era “tratar de hacer una película adulta sobre el personaje, dirigida a gente madura. No un producto para todo el mundo, sino algo un poco diferente, un drama con fuertes dosis de acción”.
Mangold, que ya había trabajado en otras dos ocasiones con Jackman, admite que ninguno de los dos quería “hacer una película basada en un comic”, sino algo “con un tono único” y más profundo. “Hoy en día con la tecnología se puede crear cualquier cosa. Pero el espectáculo no es suficiente. Lo más difícil es conmover y llevar un mensaje al público”.
En cuanto a trabajar con Jackman, el cineasta cuenta que ambos son “grandes amigos” y que por eso sabían lo que estaban buscando: llegar más profundo y explorar el personaje. “Lo mejor de esta colaboración es que nunca se trata de ganarse un salario, sino de explorar más capas de los personajes”, apuntó.
Jackman, por su parte, asegura que es una bendición el haber podido tener semejante recorrido: 17 años en total vinculado a la franquicia y al personaje. “Por fin voy a poder comer pan sin sentimiento de culpabilidad”, bromea en referencia al duro entrenamiento al que se ha sometido cada vez que tenía que enfrentarse al personaje.
En total, tres horas al día de ejercicios, mucha proteína, y una dieta estricta diseñada por su amigo Dwayne “La Roca” Johnson transformaban a Jackman en Wolverine. Durante estos años de rodaje, el actor ha aprendido que el 70 por ciento de un cuerpo en forma es lo que comes y no tanto el ejercicio. “La cena no existe para mí cuando estoy metido en un rodaje”.
Con respecto al personaje, el australiano explica que Logan es un hombre “cansado que pasa por el momento más bajo de su vida”. Y confiesa que aunque nunca había trabajado “tan duro”, tampoco había disfrutado tanto con un papel.