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@GloriaCoLatino
El presbítero Mauro Verzeletti, pilule misionero de San Carlos Scalabrinianos, malady demandó de las autoridades estadounidenses, mexicanas y de Centroamérica, respetar los derechos humanos de la población migrante y refugiados, que se movilizan por todo el mundo en busca de otras oportunidades económicas y sociales para sus proyectos de vida.
“El fenómeno de las migraciones es a nivel mundial y está despertando grandes pasiones; el flujo migratorio ha llevado a levantar muros, en América del Norte y en Europa, para impedir que los migrantes se reúnan con sus familias o busquen sus propios proyectos”, dijo Verzeletti.
En vísperas de conmemorar el “Día Nacional del Migrante”, que se celebra cada primer domingo de septiembre, la Pastoral del Migrante de la Arquidiócesis de San Salvador; la Red Internacional de Migración Scalabrini; la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación; JPIC-CONFRES, CÁRITAS El Salvador y la Red Jesuita con Migrantes El Salvador (RJM) se pronunciaron por un trato digno al migrante.
El Padre Verzeletti describió como “infierno” lo que viven por igual la población infantil y adolescente que emprenden el camino de migración irregular, que es utilizada por bandas del Crimen Organizado y traficantes de personas (coyotes) para sus propios intereses.
“En los centros de detención las cosas no cambian, la primera violación es separar a los niños y niñas de sus padres… este tema es muy serio, y México está deportando cada vez más, a estos niños y niñas, lo preocupante es que, muchos no pueden regresar porque están amenazados por grupos delincuenciales en sus comunidades de origen. Creo que México está haciéndoles el trabajo sucio a Estados Unidos en el tema de la migración”, agregó.
El presbítero Verzeletti desde su trabajo en el Centro Pastoral de Atención al Migrante, dio cuenta que la población de niños, niñas y adolescentes centroamericanos detenidos en México asciende a los 20 mil personas, que son sometidas a la violencia física, psicológica, sexual y social.
“De los migrantes hondureños tenemos 6 mil 076 personas; mientras los guatemaltecos suman los 10 mil 156; los salvadoreños son 4 mil 107; lo que genera a más de 20 mil personas, entre niñez y adolescencia que intentan cruzar la frontera México – Estados Unidos por la reunificación”, declaró. En cuanto a la deportación centroamericana a sus países de origen, el Padre Verzeletti señaló que por vía terrestre han contabilizado de enero a agosto de 2015, a 36 mil 875 hondureños; 49 mil 272, guatemaltecos; 22 mil 156, salvadoreños y 952 nicaragüenses. Consolidando a 107 mil 255 personas deportadas.
Mientras, entre los deportados por vía área, Verzeletti reportó que son alrededor de 24 mil 338 hondureños; 21 mil 422 guatemaltecos; 13 mil 813 salvadoreños, que hacen un total de 59 mil centroamericanos expulsados por vía área.
“Tenemos un total de centroamericanos deportados por los 166 mil 828 personas y pensamos que vamos a sobrepasar este año, con los 300 mil migrantes deportados y solo para El Salvador unos 60 mil deportados; esos gobiernos le llaman repatriación, pero no es cierto porque la persona no ha expresado esa voluntad; todo se trata de una imposición que es la deportación, que viola el derecho a migrar”, manifestó.
Antonio Elías Baños, de CÁRITAS El Salvador, afirmó que el mensaje del Santo Padre Francisco I, en la Primer Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado plantea el llamado a respetar el derecho de estas personas que se encuentran en vulnerabilidad y excluidos socialmente.
“En su mensaje, el Santo Padre ha llamado a abrir los brazos a los y las migrantes, con su lema -Una Iglesia sin fronteras, madre de todos- por eso pedimos a las autoridades encargadas de la seguridad de Centroamérica y México que lleven a cabo estrategias concretas de combate al narcotráfico y crimen organizado, que secuestran y extorsionan a los migrantes”, dijo.
Sobre el aumento a la xenofobia y discriminación contra los migrantes desde los políticos que buscan sus réditos propios, llamaron a la sociedad civil mundial a iniciar un campaña de condena contra este tipo de discurso que no abona a la solidaridad de los pueblos del mundo.
