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Debido al reciente cambio de la calle San Antonio Abad por Roberto d´Aubuisson, pilule el arzobispo de San Salvador, see Monseñor José Luis Escobar Alas mostró su desagrado por la acción ejecutada desde la comuna capitalina. “Como iglesia no nos sentimos bien con la noticia, ojalá lo reconsideren y vuelvan al nombre anterior, muchos no nos íbamos a sentir bien”, afirmó Escobar Alas.
El prelado explicó no estar de acuerdo con el nuevo nombre porque la calle San Antonio Abad tiene un significado cultural e histórico para la población, ya que es el un nombre de un Santo y además el nombre hace relación directa con el pueblo.
El religioso dijo que el nombramiento de la calle hace alusión a una persona que ha sido señalada de hechos en contra de la iglesia, pues ese sentimiento lo comparó como cuando a una persona le matan un hermano y quien se supone es el autor material o intelectual de ese asesinato es galardonado.
El informe de la Comisión de la Verdad, formada por delegados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señaló en 1993 que el asesino intelectual de Monseñor Oscar Arnulfo Romero fue el mayor Roberto D’Aubuisson, fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y de los escuadrones de la muerte.
El arzobispo manifestó que la iglesia es parte ofendida en el caso de monseñor Romero, los jesuitas, las religiosas asesinadas, así como otros sacerdotes y laicos.
Esta semana el alcalde de San Salvador Norman Quijano anunció el cambio de nombre, pese a que esta medida no fue consultada con la población, por lo que es lógico exista algún nivel de rechazo. Según la comuna, esta decisión fue porque d´Aubuisson tiene los méritos para ser reconocido a nivel nacional.
Pide revisar estructura de la PNC
Escobar Alas dijo estar preocupado por la vinculación de agentes policiales en casos de extorsión; asimismo, consideró conveniente revisar la estructura de la corporación policial y hacer una constante depuración dentro de la institución.
“Un solo caso mancha el honor de la institución, no digamos más de un caso, sobre todo en momentos de situación de violencia, es mucho más preocupante”, enfatizó.
Los nueve agentes policiales que fueron capturados y acusados del delito de extorsión engañaban a sus víctimas haciéndoles creer que había una investigación en su contra y aseguraban que tenían pruebas que habían participado en un ilícito, con estas mentiras les exigían dinero a cambio de no seguir la supuesta investigación.