Tegucigalpa / AFP
La influyente Iglesia Católica hondureña fustigó el nuevo Código Penal del país, recién aprobado por el Congreso, y aseguró que protege a los culpables de corrupción y narcotráfico al reducir las sentencias para esos delitos.
Los obispos de la Conferencia Episcopal opinaron que el nuevo Código Penal se «convierte en un instrumento de protección a los corruptos y narcopolíticos».
El Congreso hondureño aprobó el Código Penal, que estará vigente a partir del 10 de noviembre, en medio de duras críticas de diversos sectores por la reducción de penas para delitos de corrupción y narcotráfico.
Los obispos comentaron que la nueva norma aparenta ser mejor que el código anterior por «endurecer las penas a los supuestamente más peligrosos, que acostumbran a ser los jóvenes marginados y los pobres desesperados por subsistir».
Pero para los obispos, el código ilustra los problemas generados por las decisiones del Legislativo y el Gobierno, que consideran como una fuente de conflictividad social.
Como ejemplo, citaron el rechazo que provocaron los decretos de emergencia sobre salud y educación, que desataron grandes protestas de los gremios médico y magisterial para exigir su derogación, pese a la fuerte represión a que fueron sometidos por la policía.
Los prelados consideraron que la policía actuó en ocasiones con «fuerza desproporcionada» durante las manifestaciones, agravando así el conflicto.