Samuel Amaya
@SamuelAmaya
El Fray Andrés Berdúo, de la Iglesia Nuestra Señora de El Tránsito, de Soyapango, presidió la misa este domingo en la cripta de Catedral Metropolitana. En este acto religioso instó a los feligreses a que sean cercanos con Dios y que amen no solo a los que los aman, sino también a los enemigos.
Berduó recordó lo que dijo monseñor Romero en vida, que solamente existían dos reinos, “el Reino de Dios y el anti-reino, el que se opone al Reino de Dios”, en ese sentido, dijo que el Reino de Dios se caracteriza por tener, amor, justicia, solidaridad, paz, mientras que el anti-reino lo que produce es individualismo, egoísmo, agresión, odio, violencia, hambre y mentiras.
Por eso, dijo que, Jesús presenta algunas estrategias de cómo hacer para que los creyentes estén siempre en el Reino de Dios, como el hecho de amar a los enemigos. “Jesús dijo, ´amen a sus enemigos´ ¿es algo fácil o difícil?, no es fácil, ¿cómo poder perdonar a alguien que ha hecho cosas graves? no es fácil”, planteó.
“El perdón no necesariamente es volver a lo normal, quizá antes, había armonía, buenas relaciones en la comunidad, en la sociedad o en la familia, pero ante una situación adversa que se va dando, usted puede perdonar, pero no necesariamente va a volver igual. Alguien que me ha hecho mal, por ejemplo, no lo voy a invitar a mi casa a tomar un café o almorzar, porque no habrá paz. El perdón se da, pero no precisamente se vuelve a la normalidad”, detalló el Fray Andrés Berdúo.
Berdúo sostuvo que la capacidad de perdonar “no es fácil, pero tampoco es imposible, por ello instó a los feligreses a que lo implementen, así como también que los amen, “porque Jesús quiere que amemos al enemigo, que le tratemos bien y recemos por el que nos odia y maldice”.
Justamente, en la procesión de ofrendas presentaron la frase “amen a sus enemigos”, simbolizando que feligreses deben ser compasivos y justos con el enemigo, superando odios, venganzas o resentimientos, “tal como el Padre es con nosotros”.
También en la procesión de ofrendas detallaron que Jesús manda a los feligreses a hacer el bien sin esperar nada a cambio; por ello, presentaron una canasta de víveres que simboliza la construcción de una vida pacífica en la cual se debe comenzar por amar y servir a aquellos que no pueden retribuir nada a cambio de lo que se les dé.