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Oscar López
@Oscar_DCL
Douglas Crespín, vicario de Catedral Metropolitana, instó a los feligreses congregados en la cripta de dicho templo a “estar alegres”, ya que en el tercer domingo de Adviento, la Iglesia Católica resalta uno de los frutos del Espíritu Santo la alegría.
“Debemos de estar alegres, la alegría la podemos manifestar de muchas manera, a través de palabras, gestos, detalles, pero en este tercer domingo de Adviento expresa la alegría a través del color rosado, es por eso que la tercer vela de la corona debe ser de color rosado”, dijo Crespín.
El sacerdote explicó que la alegría que la Iglesia Católica expresa en el tercer domingo de Adviento, es el próximo nacimiento de Jesús. “Debemos de sentirnos amados, nosotros fuimos redimidos, por amor Dios entregó a su único hijo”.
Crespín añadió a los feligreses que la alegría debe surgir de cada uno de sus corazones, ya que no es posible obtenerla desde el exterior. “La alegría no viene de las cosas materiales, de la belleza, de la fuerza, del dinero, sino que viene del Señor, San Pablo nos dice estén siempre alegres” El sacerdote también instó a los feligreses que en el tiempo de Adviento es importante reconocer “quiénes somos”, con el objetivo de evitar “creernos pequeños dioses” con lo que se evitaría caer en relativismo sobre algunas la bondad o la maldad.
“No depende de mí o de mis criterios ni de mis pensamientos, sino de lo que el Señor nos ha enseñado, a San Juan le preguntan ¿eres el Mesías?, el responde: no, no lo soy, San Juan ha negado esa condición y se la ha dado a aquel que realmente es Dios”, afirmó el religioso.
Crespín comentó que San Oscar Arnulfo Romero comentaba este pasaje bíblico diciendo: “con la negación de San Juan le está dando el lugar que le corresponde a Cristo, solo los pobres de espíritu tienen la necesidad de la ayuda de Dios, el soberbio, el que se cree otro dios no lo busca”.
El sacerdote indicó a los feligreses que viviendo el Evangelio “estamos llamados a ser la voz de los sin voz. A monseñor Romero cuánto lo calumniaron, la verdad lo hizo libre y no solo lo hizo libre sino que lo llevó a los altares”, concluyó.
