Redacción Nacionales
@DiarioCoLatino
Debido al incremento de casos y fallecidos por COVID-19 en el país, entre ellos unos doce sacerdotes, la Arquidiócesis de San Salvador, suspendió desde ayer 12 de octubre hasta el 12 de noviembre, en todas las parroquias, reuniones presenciales de comunidades, grupos apostólicos, asambleas, retiros, convivencias y todo lo que conlleva reunión de fieles donde los ponga en peligro de contagio.
Durante estos 30 días únicamente será de forma presencial la celebración de los sacramentos, eucaristías diarias y dominicales, bautismos, confirmaciones, confesiones y matrimonios, en todos los casos se deberá guardar las estrictas medidas de bioseguridad que eviten todo contagio, manteniendo el uso de alcohol gel, mascarilla y distanciamiento físico; la comunión será dada a los fieles exclusivamente en la mano.
El arzobispado pidió que mientras se mantiene la ola de contagios el resto de actividades se hagan virtualmente, ya que es parte del ministerio pastoral el velar intensamente por la conservación de la salud y vida de los hermanos, pero también proteger la propia salud, para servir mejor a la comunidad de fieles. Hizo un llamado a continuar aplicando el protocolo que la Conferencia Episcopal difundió cuando se reabrieron los templos.
“No podemos confiarnos frente a este virus gravemente mortal que nos está causando tanto dolor, manifiesto mi cercanía en medio del dolor por la muerte de muchos salvadoreños, y muy particularmente por la muerte de nuestros sacerdotes en estos últimos días, incluyendo al padre Erick Muñoz. Quiero manifestarles mi cercanía, solidaridad y responsabilidad para con ustedes”, expresó mediante un comunicado Monseñor José Luis Escobar Alas.
En la última semana han muerto cuatro sacerdotes por el Coronavirus, entre ellos César Eliseo Sánchez, capellán de la Academia Nacional de Seguidad Pública (ANSP), quien durante varios días permaneció internado por padecer COVID-19; asimismo, el padre Mauricio Saravia, párroco de la iglesia Monte San Juan, departamento de Cuscatlán, quien falleció el pasado viernes luego de estar recibiendo atención médica. También murieron por la misma causa el padre Luis Humberto y Erick Muñoz. Que en total, hacen unos doce sacerdotes fallecidos.
Antes del deceso de estos sacerdotes también murió por la misma enfermedad el padre Tilo Sánchez, muy querido en las comunidades al norte del departamento de Chalatenango, quien sirvió como “capellán” de las fuerzas guerrilleras que controlaron esos territorios durante el conflicto armado. Asimismo, el pasado 25 de septiembre falleció el fundador y presidente de la Asociación Agape de El Salvador, fray Flavián Mucci, sacerdote radicado en el país desde 1967.
La feligresía católica se mantiene en constante oración por la salud del padre Jorge Luis Coquis, párroco de la iglesia Jesús de Nazaret, en la colonia Santa Úrsula, San Salvador, el sacerdote permanece ingresado por COVID-19 y este martes se conoció que fue intubado por la dificultad de respirar. Mientras tanto, dos frailes de la Fraternidad de San Francisco Gotera, La Unión, también están contagiados de COVID, pero se encuentran estables, fuera de peligro y en recuperación.