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Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
En Latinoamérica y el Caribe, una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios y el 55% no los tienen o perciben montos inferiores al salario mínimo mensual de su país, lo cual demuestra la falta de autonomía económica de la mujer, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En la quincuagésima séptima reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, ministras de la Mujer, especialistas y funcionarios internacionales, expusieron la tarea de avanzar en la autonomía de las mujeres y la igualdad de género no solo por un asunto de justicia social sino porque también es un factor imprescindible para el desarrollo sostenible de los países de la región.
“La esquiva autonomía económica de las mujeres seguirá siendo una de las prioridades de la CEPAL. Se trata de romper el silencio estadístico respecto al trabajo total de las mujeres y respecto a la desigualdad de ingresos, de riqueza y de acceso pleno al mundo laboral con todos los derechos”, manifestó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, en la reunión desarrollada en Santiago, Chile.
Bárcena expuso que desatar los nudos críticos de la desigualdad de género es una cuestión de justicia y que es urgente pasar de la cultura del privilegio a una de derechos e igualdad, por lo que pidió avanzar con paso firme en la implementación de la Estrategia de Montevideo para la implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030.
“La cultura del privilegio se expresa en la jerarquización y valorización de lo masculino y cristaliza y reproduce las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres en el tiempo. Se manifiesta en el acceso desigual al poder y a los recursos y en el uso del tiempo”, explicó la alta funcionaria.
Durante su intervención, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) del Uruguay Mariella Mazzotti coincidió en que el desafío es entender que la igualdad y la libertad no se trata solo de una problemática que viven las mujeres, sino que es una cuestión de desarrollo sostenible de la región.
Representantes de Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Perú, Uruguay, entre otros países, participaron en la reunión para debatir sobre la autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes.
