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“Ilegalmente inscrito”, quiso decir el violador de la Constitución

Por Leonel Herrera*

“¡Legalmente inscritos!”, exclamó el presidente Nayib Bukele en sus redes sociales, inmediatamente después de que cuatro magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) decidieron inscribir su inconstitucional candidatura a la reelección en los comicios de 2024.

Los que aprobaron la ilegal candidatura de Bukele son: Dora Esmeralda Martínez, Luis Guillermo Wellman, Noel Antonio Orellana y Rubén Atilio Meléndez. Los nombres de estos tristemente célebres funcionarios ya están consignados en el basurero de la historia como sepultureros de la democracia y como responsables del inicio de una nueva dictadura en El Salvador, casi 90 años después de la reelección del general Maximiliano Hernández Martínez, el último gobernante autoritario que se mantuvo por más de un período presidencial.

“Y sin votos en contra”, dijo después Bukele en su mensaje, refiriéndose a que el magistrado Julio Olivo Granadino extrañamente no votó en contra de la inscripción de la candidatura inconstitucional, sino que sólo se abstuvo, dándole al presidente la satisfacción de que nadie objetara formalmente su candidatura ilegal.

Olivo Granadino denunció previamente en una entrevista televisiva que “había miedo en el TSE” por las posibles represalias contra los magistrados que no aprobaran o que se opusieran a la inscripción de la candidatura ilegal del mandatario que busca perpetuarse en el poder.

Y finalmente la publicación de Bukele cierra con el mensaje: “¡Dios con nosotros!”, para reforzar su narrativa populista que tiene entre sus componentes centrales el mesianismo y la apelación al imaginario religioso de la población. Como buen evangelista el presidente le dice a sus feligreses que “Dios avala su candidatura inconstitucional”.

Más allá de su falaz declaración, Bukele sabe que su candidatura es inconstitucional y que la inscripción es totalmente ilegal. Él mismo antes de ser presidente reconocía públicamente en entrevistas televisivas que la reelección presidencial continua está prohibida en El Salvador y hasta criticó a su par hondureño Juan Orlando Hernández cuando éste se reeligió inconstitucionalmente.

Ahora lo expresa tácitamente cuando ni siquiera se atreve a negar la inconstitucionalidad y -al estilo de Poncio Pilato- pretende dejar en manos de la población la decisión de su reelección, para que finalmente ésta cargue con el peso de la ilegalidad de su continuidad en el poder después el 1o de junio de 2024.

Lo sabe igualmente el vicepresidente y también candidato ilegal Félix Ulloa, quien afirmaba la ilegalidad de la reelección como abogado constitucionalista y también ya como vicepresidente, antes de encontrarse los “artículos escondidos” que ahora dice que permiten mandatos presidenciales continuos.

Así que, en el fondo, Bukele, en su mensaje, en realidad quiso decir: “ilegalmente inscritos”. El presidente sabe que al menos seis artículos de la Constitución prohíben expresamente la reelección presidencial continua, que la resolución de la Sala de lo Constitucional que adoptó el TSE es absolutamente ilegal y que los magistrados que inscribieron su candidatura renunciaron cobardemente a su condición de jueces electorales supremos.

La candidatura inconstitucional de Bukele está ilegalmente inscrita, la democracia y la república mueren y el país se aproxima a una nueva dictadura.

*Periodista y activista social.

 

 

 

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