Redacción Nacionales
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Patricio Pineda, fundador de la Mesa de Trabajo por una Pensión Digna, participó en la entrevista de Frente a Frente, donde hizo un recuento del tema de las pensiones; del cual destacó diversos problemas.
Pineda afirmó que existieron dos momentos clave para el tema de las pensiones. El primer momento se ubica antes de 1996, que surgió el decreto que dio vida a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), cuando “existía un sistema llamado de reparto, que era administrado por el Estado a través de instituciones públicas y que funcionaba con un grupo determinado de personas cotizantes que tenían una pensión. Normalmente, debían ser el ritmo de 9 cotizantes aportando a un fondo común para sostener la pensión de una persona”. El segundo momento va de 1996 a 2017, cuando funcionó un sistema que “en teoría” era eminentemente privado, sostuvo Pineda, quien a la vez ejemplificó que cada cotizante tenía su fondo. “Ahí iba una aportación definida por ley, pero con los beneficios eran indefinidos; porque ahí entra la capacidad de aportación; entonces, con base a ello, así en el tiempo que la ley definió como mínimo (25 años) para que se pueda acoger a una pensión”.
“El problema es que el diseño inicial de este sistema del 96 no tuvo una base actuarial sólida. Hasta este día no conocemos el análisis actuarial de esa reforma; empezó a crear una cantidad de pequeñas reformas que se conocen como -parches-; se volvió insostenible porque no respondía a ese principio de que se tenía una aportación definida, pero beneficios indefinidos”, planteó Pineda
En 2017, surge el decreto 787, con el cual “se supone que iba a sanar esa crisis”. “Si resolvió el problema para la bolsa del Estado, se desahogó porque había caído en impago en el tema de pensiones. Se dio, de igual manera, el anticipo de saldo, pero el Estado en el periodo de gracia (5 años), no dejaba de aportar a la cuenta de garantía solidaria que es el fondo común que se creó. El problema es que esa reforma tampoco tuvo un análisis actuarial previo y generó otro modelo errado para reformar el sistema, los males endémicos del sistema se siguieron manteniendo; entonces, empiezan a surgir pensiones muy desequilibradas y otra vez el déficit fiscal hacia las finanzas públicas.
“Se suponía que en diciembre (de 2022, cuando se aprobó la reforma al sistema de pensiones), se iba a hacer una reforma que, a la expectativa de la población, no la mía, venían mejores pensiones, venía más certeza etc., pero no fue así (…) el problema es que vuelve a haber un impago técnico y en abril, ese impago se materializa a través del periodo de gracia de 4 años desde la reforma a la ley, el Estado se abstiene de aportar a la cuenta de garantía solidaria”, concluyó Pineda.