Bogotá/Prensa Latina
Cientos de miles de personas volvieron el miércoles a las calles, plazas, parques y espacios públicos para protestar contra el gobierno de Iván Duque y exigir cambios a favor de las mayorías en Colombia.
Los manifestantes en las capitales departamentales y municipales, denunciaron por medio de marchas tradicionales y diversas expresiones artísticas (pintura, performance, música, y otras) el trato de guerra dado a la protesta social por la administración de Duque.
Exigieron el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) brazo élite de la policía y autor directo de abusos contra los manifestantes.
Asimismo, pidieron la renuncia del ministro de Defensa Diego Molano, sentado dos veces esta semana en la silla de los acusados; primero ante el senado, y luego ante la cámara de representantes; donde lo señalaron por su responsabilidad política ante la violencia policial contra las movilizaciones.
Denunciaron la desproporcionalidad con la que las fuerzas militares y la policía ataca desde el inicio del paro nacional a los manifestantes, particularmente a los jóvenes.
Arrestos arbitrarios, violación a mujeres, disparos con armas de fuego contra quienes se movilizan y se mantienen en espacios humanitarios, uso indiscriminado del arma Venom -capaz de lanzar en pocos segundos varias granadas de gas y de aturdimiento-, son algunos de los actos perpetrados por uniformados.
En otros escenarios de protestas, los campesinos exigen el derecho a la tierra, la aplicación de una reforma agraria, el cese de la fumigación con glifosato; los indígenas piden respeto a sus culturas, el cese de la estigmatización, entre muchos otros reclamos.
Los exguerrilleros de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia demandan la implementación integral del Acuerdo de Paz y denuncian los asesinatos de excombatientes.
Las movilizaciones sociales comenzaron el pasado 28 de abril y prácticamente un mes después siguen en todo el país de manera sostenida.