Por: Rolando Alvarenga
A demás de su esencial desgracia económica –en donde los atletas de alto rendimiento no reciben lo justo para su desarrollo integral–, el deporte salvadoreño también carga sobre sus espaldas con la calamidad de que muchas federaciones no cuentan con implementos o herramientas deportivas acordes a la alta competencia internacional.
Y aunque es una realidad tan vieja como la frase “prestame un peso”, no deja de sorprender cada vez que nuestros atletas salen a una competencia internacional o El Salvador es anfitrión de un evento de altos quilates.
Y es lo que acaba de ocurrir con la Federación Salvadoreña de Tiro que, siendo sede un torneo Clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, tuvo que comprar de emergencia equipo
tecnológico y reparar armas para cumplir con los requisitos de la Federación Internacional.
Y el caso del Tiro me resulta emblemático, ya que tengo conocimiento de que los atletas de fusil y pistola se las ven en alas de cucaracha cada vez que compiten local o internacionalmente, pues tiene que hacer milagros con sus obsoletos armamentos a la hora de enfrentar a atletas que poseen armas de última tecnología. Y es que, según la Federación Internacional de Tiro, los atletas deben cambiar armas cada cuatro años; pero, acá, ¡estamos fritos!
Pero no solo el Tiro adolece de este problema, ya que hay un resto de federaciones que hacen “micos y pericos” para poder competir, aunque la vergüenza internacional se tiene bien ganada.
Otro ejemplo es el Baloncesto, que desde hace varios meses ha visto cómo la pantalla del Gimnasio Nacional no funciona, pero sigue ahí como si nada. ¡Increíble! ¿Y la duela? Ni se diga. Esta situación también me hace recordar que hace unos años el Tiro con Arco vivió algo similar con las pacas o blancos receptores de las flechas (que son de corcho), las cuales daban pena y vergüenza, ya que de tan agujereadas que estaban no podían contener las flechas.
Otro escenario que también ya dio su vida útil es el estadio “Jorge ‘Mágico’ González”, ya que la pista y cancha urgen de mantenimiento. De la Villa Centroamericana ni hablemos, y qué decir del Palacio de los Deportes, que su sistema eléctrico está “mírame y no me toques”.
Por lo que la patria y el deporte le agradecerán mucho al INDES y a las Federaciones si se preocupan por buscar una solución a esta vergonzosa situación que afecta directamente a los atletas.
Porque en la medida que no lo hagan, nuestros embajadores seguirán dando pena y lástima ante los ojos de los extraños. Y, en consecuencia, el atleta no se sentirá obligado ni motivado a romperse el alma, corazón y vida para saludar la patria orgullosa.
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.