LIBRES COMO EL PENSAMIENTO
Juan Antonio Chicas*
Através de la historia, remedy las distintas civilizaciones, o grupos sociales ya medianamente organizados, han establecido sus creencias propias (llamadas en algunas ocasiones como Religiones), las cuales han mantenido por un determinado tiempo al irlas transmitiendo a las nuevas generaciones, en algunos casos por medio de la transmisión oral y, en otros, con la elaboración de libros “sagrados” en los que se ha plasmado la “historia” de determinado dios.
Entre algunas de las religiones más sobresalientes tenemos las de los persas, los vikingos, los hebreos, los egipcios, los mayas, etc. Haciendo notar que cada quien ha tenido el convencimiento de que su dios o sus dioses (dependiendo de si sus creencias son poli o monoteístas) son los verdaderos y que las creencias de los demás son falsas y catalogadas como supersticiones.
El problema ha surgido cuando, en las relaciones entre los distintos grupos sociales, en la mayoría de casos, cada grupo ha intentado imponer sus creencias a los otros (por lo general a través de la fuerza), algunos con más éxito que otros, y es así como algunas creencias o religiones han subsistido más que otras y haciendo caer a las creencias vencidas en la categoría de mitos.
Es aquí donde surge la importancia del Estado laico, pues se trata de un principio de organización estatal en el cual se debe respetar, en el ámbito personal, que cada quien pueda creer en lo que desee o que no tengan creencia alguna y, en el ámbito público, evitar que una determinada creencia se quiera imponer por sobre las demás, en el peor de los casos, utilizando el aparato estatal.
El Salvador, según su normativa legal y constitucional, es implícitamente un Estado laico, solo falta que los funcionarios lo hagan valer y lo promuevan, teniendo una importancia primordial para ello el sistema educativo, en el cual se debe trabajar arduamente para que quienes ejercen la docencia se centren el enseñar ciencia, y no creencias particulares, para que así nuestra niñez pueda crecer en un ambiente de respeto y tolerancia, lo cual inevitablemente contribuirá a lograr la paz tan anhelada y necesitada en esta sociedad.
*Lic. en Sociología.