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@arpassv
El Presidente Salvador Sánchez Cerén se reunió ayer con representantes de todos los partidos políticos para discutir sobre la crisis fiscal. En la reunión participaron los secretarios generales de todos los partidos representados en la Asamblea Legislativa: el gobernante FMLN, GANA, PCN, PDC y la oligárquica ARENA.
Al margen de los resultados obtenidos en el referido encuentro (el principal acuerdo fue volver a reunirse), es importante que el gobierno retome el diálogo con todos los partidos con representación parlamentaria y no únicamente con el principal opositor, que no muestra ninguna voluntad política de diálogo y mantiene una inflexible estrategia de boicot financiero contra el Ejecutivo.
Al retomar la mesa de discusión multipartidaria, el gobierno de Sánchez Cerén corrige el grave error de colocar a ARENA como único o principal interlocutor para el diálogo y búsqueda de acuerdos. Es cierto que el partido oligárquico tiene la llave de la mayoría calificada en la Asamblea y eso justifica un debate bilateral, pero como estrategia política el gobierno debe incluir a los demás partidos de derecha para presionar a la dirigencia y diputados areneros.
Esta misma estrategia en el diálogo partidario debe tener el gobierno para el diálogo social: incluir a todos los sectores sociales, empresariales, académicos y religiosos. Pero comete el error de reducir el diálogo con la ANEP y conceder el rol de interlocutores únicos a los recalcitrantes directivos de ese gremio empresarial.
Recientemente el gobierno convocó una reunión para presentar detalles de la “Alianza para la Prosperidad” que Estados Unidos impulsa en el triángulo norte centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras), pero sólo invitó a instancias de la derecha!! Con toda razón organizaciones y sindicatos progresistas han protestado por ello, porque el diálogo debe ser incluyente de todos los sectores.
Excluir sectores no es propio de un gobierno de izquierda, progresista o democrático que pregona la participación y la transparencia. El Presidente Sánchez Cerén debe revisar si realmente su política de diálogo abierto e inclusivo es aplicada en todos los ámbitos y por todos los funcionarios.
Ojalá, pues, la reunión de la mesa de debate pluripartidario, restablecida tras el fracaso de la mesa bilateral con ARENA, constituya realmente un cambio en la estrategia política del Ejecutivo. El gobierno debe procurar alianzas con todos los sectores nacionales para presionar al partido oligárquico a contribuir a la solución de los problemas urgentes del país.
