El poeta Dimas Lidio Pitty (izquierda) con Renán Alcides Orellana, purchase en intercambio de libros, check San Salvador, ambulance 1996.
RENÁN ALCIDES ORELLANA
Escritor y Poeta
El pasado sábado, 12 de septiembre, falleció en Panamá el poeta, escritor y periodista Dimas Lidio Pitty. Prolijo autor de novela, poesía, cuento y muchos trabajos periodísticos, había nacido en Potrerillos, provincia de Chiriquí, Panamá, en 1941. Desde 1974 obtuvo varias veces primeros lugares en poesía y cuento, en el Certamen Nacional de Literatura “Ricardo Miró”, con obras tales como “Estación de navegantes”, “Crónica Prohibida” y “Los caballos estornudan en la lluvia”, obras que en su oportunidad obtuve del poeta, con especial dedicatoria.
Conocí al poeta Dimas Lidio en el diario “La Prensa” de Panamá, en noviembre de 1980. Eran los inicios de mi exilio, en el marco de la guerra civil de El Salvador 1980-1992, cuando la inseguridad integral de muchos salvadoreños, y la mía no fue la excepción, había llegado a límites casi fatales. El destierro se hizo inevitable. La amenaza por mi condición de periodista, cayó sobre mi hogar con ribetes de connotación política. Hacerlo era imperativo de urgencia. Y emigré…
Un día, se dio mi regreso al país, pero la amistad siguió fraterna y solidaria. Era un nexo irrompible de frecuente evidencia. En febrero de 1996, Dimas Lidio llegó a San Salvador para participar en el “Cuarto Congreso Internacional de Literatura Centroamericana”, patrocinado por la Universidad Tecnológica de El Salvador, de cuyo comité organizador yo formaba parte. Fue un evento de mucha calidad literaria, con participación de más de 50 escritores, poetas y críticos de la literatura latinoamericana, norteamericana y europea.
Dimas Lidio Pitty y Ramón Oviero, otro poeta panameño que conocí en La Prensa, participaron en el Congreso. Ambos estuvieron en nuestra casa, almorzamos y tuvieron la oportunidad de degustar un plato típico salvadoreño, seleccionado por Leticia. Fue la mejor prueba de una gran amistad. La misma prueba de amistad con la que el poeta nos correspondió a Leticia y a mí, y a otros escritores del continente que participamos en el Primer Encuentro de Intelectuales de Nuestra América, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de Chiriquí (UNACHI), en septiembre de 2011. Dimas Lidio y su esposa Esperanza, fueron anfitriones especiales en su residencia de su natal Potrerillos.
Como ocurre casi siempre, las ausencias y las distancias aparentan olvidos, aunque no lo sean. Entre el poeta Pitty y yo había mediado esa situación de involuntario silencio. Uno de los dos habría de romperlo. Un domingo, al entreabrir las páginas del suplemento Hablemos de El Diario de Hoy, edición del 29 de septiembre de 2002, el responsable de la sección Buzón, transcribía un breve texto dirigido a él, procedente de Panamá:
“Busco a Renán. Estimado amigo, aunque no lo conozco, creo que somos amigos, pues habla usted de un libro de Renán Alcides Orellana, que es mi amigo y, como dicen por ahí, “los amigos de mi amigo son mis amigos”. Aprovecho la oportunidad para molestarlo pidiéndole que me ponga en contacto con el poeta Renán. Hace tiempo no tengo noticias de él y me interesa mucho restablecer la comunicación. Puede usted darle la dirección de e-mail…, a ver si se anima a escribir unas líneas. Reciba un saludo cordial desde Panamá. Dimas L. Pitty”. Demás está decir que me animé, y la comunicación se restableció.
Tiempo después, Dimas Lidio me envió la más valiosa colección literaria que se puede apreciar de un amigo y hermano en la poesía. Vía Embajada de Panamá en El Salvador, en dos tomos me llegó la obra completa de los 50 años de vida literaria de Pitty “Huellas en el agua-Poesía 1965-2005 Tomos I y II”, editada en Colombia, en junio de 2005, con exquisitez y nitidez absolutas. Y otra sorpresa, en el Tomo I página 323, leo con asombro el poema “Los exiliados”, con la siguiente dedicatoria, muy personal: “A Renán Alcides Orellana, poeta y amigo de El Salvador, que entiende de estas cosas”. Esa fue gran expresión de afecto del amigo fraterno en la poesía, Dimas Lidio Pitty. Razón suficiente para que, aunque pasen los años, las distancias y las ausencias entre Panamá y El Salvador, nunca más.
El tiempo pasaba girando entre sucesos en el campo literario de nuestros países. En lo posible, manteníamos el intercambio de nuestra producción y de nuestra opinión sobre el quehacer del mundo. Un día de 2011, desde su natal Potrerillos, provincia de Chiriquí, en Panamá, recibí llamada telefónica del poeta Pitty,
-Te llegará una invitación. Se trata de un evento internacional de escritores. La invitación te ampliará los detalles. Espero que puedas asistir… -me anticipó el poeta quien, a pesar de estar un tanto retirado, mantiene constante relación con la Universidad Nacional Autónoma de Chiriquí (UNACHI), con sede en David, capital de la provincia de Chiriquí.
Tal como me lo había anunciado el poeta, la invitación me llegó días después. Se me invitaba a participar como conferencista en el “Primer Encuentro de Intelectuales de Nuestra América”, de la UNACHI, del 5 al 9 de septiembre de 2011. Esta vez la temática general era “Desafíos de la Universidad: Humanismo, Ciencia y Sociedad”, para que los expositores deriváramos un tema particular. Para mi conferencia, yo escogí el tema: “Humanismo: urgencia de nuestro tiempo”. Con reflexiones filosóficas, dicté mi conferencia. Dimas Lidio me comentó su satisfacción, que posteriormente hizo pública. Luego, con otros escritores mexicanos, también amigos de Pitty, compartimos alegres ratos en su bella casa de Potrerillos. Lejos de nosotros pensar que serían nuestras últimas jornadas de amistad y literatura, con el poeta.
Al dejar Panamá de nuevo, no pude menos que pensar en lo valioso de una amistad como la contraída, en 1980, con los poetas Pitty y Oviero. Ahora, Dimas Lidio Pitty es un recuerdo, sólido e imperecedero, para la literatura panameña, su familia, sus amigos y sus incontables hermanos en la poesía. (RAO).
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