Ojai/AFP
Las llamas seguían avanzando al noroeste de Los Ángeles amenazando el condado de Santa Bárbara, mientras el resto de focos comenzaban a estar bajo control, informaron las autoridades.
«Thomas», declarado el lunes, ha arrasado ya con casi 63.000 hectáreas y sólo está contenido en un 15%.
El Departamento de Protección Forestal californiano, CalFire, emitió una orden de evacuación en el condado de Santa Bárbara y pidió a la población estar preparada para abandonar sus casas en cualquier momento.
Los bomberos colgaron una foto en sus redes sociales en la que se ve un muro de fuego de varios metros de altura a poca distancia de unos edificios en Carpinteria, una pequeña localidad costera situada a 5 km al suroeste de Santa Bárbara.
Las autoridades siguen investigando el origen de «Thomas», que también ha destruido 583 estructuras y amenaza con convertirse en uno de los peores incendios de la historia de California.
La intensidad del viento ha caído drásticamente tras alcanzar el miércoles rachas de hasta 130 km/h, lo que permite a los bomberos avanzar en sus esfuerzos por apagar las llamas.
El servicio meteorológico prevé que el domingo sople a un máximo de 20 km/h y que la humedad siga baja, en un 17%.
La situación comienza a mejorar en el sur de California, donde siguen activos cinco incendios.
El «Lilac», el más grave después de «Thomas» y que arde al norte de San Diego, ya está controlado en un 60% y las llamas no progresan, después de haber quemado 600 hectáreas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el viernes el estado de emergencia en California para desbloquear fondos federales.
2017 ha sido el año más letal en cuanto incendios para California.
Más de 40 personas perdieron la vida en octubre cuando una decena de focos consumieron una parte de la zona vinícola del norte del estado, que también destruyeron 10.000 estructuras y calcinaron más de 73.000 hectáreas.