Por Miguel Sánchez
Valparaíso/AFP
Al menos 11 personas murieron y otras 10.000 tuvieron que ser evacuadas en el puerto de Valparaíso, cialis sale uno de los más importantes de Chile, sale donde el sábado se desató un voraz incendio que arrasó unas 1.000 viviendas y que aún mantenía algunos focos el domingo.
«Es una tremenda tragedia, doctor tal vez el peor incendio de la historia de Valparaíso», dijo la presidenta Michelle Bachelet al llegar el domingo al puerto ubicado a 120 kms al oeste de Santiago para coordinar la emergencia.
Debido a un «cruce de información», Carabineros corrigió la cifra de fallecidos a 11 víctimas en vez de 16 cómo informó anteriormente, aunque no descarta que el número de víctimas aumente ya que existen varias denuncias de personas desaparecidas, informó a la AFP el capitán Sergio Rodríguez.
La mayoría son personas mayores que no lograron evacuar a tiempo. Hay además tres heridos graves y 500 leves, de acuerdo con la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), así como unas 1.000 viviendas destruidas, según Bachelet.
En Valparaíso, ciudad de unos 270.000 habitantes, se han habilitado cinco albergues, aunque muchos de los damnificados han ido a casas de familiares, según las autoridades.
Bachelet comprometió un bono para que los damnificados puedan comprar ropa de forma urgente, por la llegada de bajas temperaturas del otoño austral.
Un infierno alrededor
Con la luz del día, los vecinos volvieron a sus casas para evaluar los daños, y en la mayoría de los casos, solo encontraron escombros.
Mónica Vergara perdió todo salvo a sus cuatro hijos. Su casa estaba en el cerro La Cruz uno de los más afectados por el incendio
«Sentí una explosión desde bajo la tierra, la explosión levantó entera la casa, y un bombero nos evacuó. Lo perdí todo pero los hijos están vivos y es lo que importa», dijo abrumada a la AFP.
En los cerros era intenso el humo y el olor a madera quemada. El fuego afectó a barrios muy pobres, instalados de forma precaria y a veces sin permiso en los cerros, donde las casas encaramadas son en su mayoría de madera y de lata.
«Tenía un infierno alrededor de mi familia», dijo a la AFP Miguel Ramírez, poblador del cerro Mariposas. «El fuego bajó desde los cerros y quemó todas las casas de alrededor», agregó.
El incendio comenzó en horas de la tarde del sábado en el camino La Pólvora, una zona forestal, precisó la Onemi, para luego extenderse rápidamente hasta quemar unas 800 hectáreas por el momento.
Las altas temperaturas previstas para este domingo -con máximas de 28 grados- y los fuertes vientos comenzaban a reactivar el fuego en algunos sectores como el cerro Ramaditas.
El incendio se combate con el apoyo de 17 aeronaves y unos 3.500 efectivos de los bomberos y la policía.
Las autoridades decretaron una prohibición de venta de alcohol y evacuaron a unas 200 mujeres de la cárcel femenina que se ubica en Valparaíso.
Zona de catástrofe
En la madrugada, Bachelet decretó zona de catástrofe y desplegó a las Fuerzas Armadas para resguardar la seguridad y ayudar a los damnificados.
Casi en seguida comenzó una campaña ciudadana para recolectar ayuda para los damnificados, como colchonetas, frazadas, agua potable y leche.
Los incendios son un viejo enemigo de Valparaíso, rodeado de sectores boscosos, sobre todo en los sectores más pobres.
El puerto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, es visitado cada año por miles de turistas maravillados por sus 44 cerros, desde donde cuelgan casas de colores, a las que se accede por interminables escaleras, añosos ascensores y estrechos pasajes, una geografía que complica las labores de emergencia.
«Es impactante ver el piso, las calles, los autos llenos de cenizas. Es una tragedia completa», dijo a la AFP Sonia, una turista colombiana que visitaba la zona patrimonial de Valparaíso, que por el momento ha quedado a resguardo del fuego.
En dos semanas, la ciudad ha vivido dos evacuaciones masivas: primero por una alerta de tsunami desatada por un terremoto de 8,2 grados de magnitud en el norte del país que obligó a evacuar las costas, y esta madrugada por el incendio que se propagó con rapidez entre los cerros.
El voraz incendio suma un nuevo desafío para Bachelet, quien a un mes de asumir la presidencia con un ambicioso programa de reformas estructurales deberá reordenar nuevamente sus prioridades, tanto en el norte del país con los damnificados por el terremoto como en Valparaíso.
Ecuador, Costa Rica y Uruguay han expresado su solidaridad con el pueblo chileno ante el voraz incendio.