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La Habana/Prensa Latina
Más de tres mil 600 hectáreas de bosques de pinos, pastizales y cafetos están afectados hasta el momento por el gran incendio en Pinares de Mayarí, en el oriente de Cuba, informaron hoy autoridades medioambientales.
La ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba rosa Pérez, destacó en su cuenta en twitter que expertos de la delegación provincial de esa cartera siguen la evolución del evento para una evaluación ambiental.
El siniestro se desató el 18 de febrero en Pinares de Mayarí, provincia de Holguín, una de las regiones más importantes del país en materia de biodiversidad, ubicada a 730 kilómetros de La Habana.
De acuerdo con el diario Granma en las zonas incendiadas se reportan daños en plantas que están en peligro de extinción, en estado crítico o vulnerable. En esa situación está el jazmín del Pinar (Euphorbia podocarpirolia), autóctono de la zona y considerado la flor de Holguín.
Según los reportes las llamas alcanzaron zonas del parque nacional Mensura-Piloto, área protegida desde 2008 por estar entre las de mayor biodiversidad en la isla y ser refugio de valiosas especies de flora y fauna.
Otras zonas por las que se teme son el sendero de La Sabina, donde habita una especie de pino local homónima, de alto valor biológico y la emblemática Poza de Rafael, donde afortunadamente no ha llegado el incendio.
También han sido afectados ejemplares de la fauna como moluscos e insectos sin capacidad de escapar.
Estos grandes incendios forestales azotan a varios países de América Latina, donde al menos seis países tienen en su conjunto el 41 por ciento de su territorio seco, mientras en varias regiones fuerzas especializadas intentan controlar las llamas que se expanden en medio de las altas temperaturas registradas este año.
Según un informe difundido este martes por el Sistema de Información de Sequías para el Sur de Sudamérica, las sequías representan un desafío social, ambiental, económico e institucional y sólo será más grave con el pasar del tiempo.
«Este calentamiento impulsará los aumentos proyectados en el riesgo y la gravedad de las megasequías en muchas regiones, incluido el oeste de América del Norte, Centroamérica, Europa y el Mediterráneo, la zona extratropical de América del Sur y Australia”, precisó el documento.
