Las autoridades de justicia han informado que en los primeros 15 días de noviembre, view el promedio de homicidios ha bajado de 22 diarios a trece. Esta noticia, debería alegrar a todo salvadoreño de bien.
Y sin lugar a dudas así es. Los salvadoreños y las salvadoreñas de bien, deben estar alegres de que la cifra de homicidios bajen a los niveles que teníamos en 2012, si no es que más.
Pero, lamentablemente, hay otros que no, y lo más lamentable es que se trata de funcionarios. Uno de ellos es el Director del Instituto de Medicina Legal, Miguel Fortín, quien dijo a la Prensa Gráfica, ayer, que: “Hay que sospechar de alguna negociación bajo la mesa cuando bajen de 13”.
En la mente perversa y enfermiza de Fortín, en El Salvador los homicidios solo pueden disminuir si hay “negociación”.
Con este planteamiento queda claro que a Fortín no le interesa ni la disminución de los homicidios ni reconocer la labor que hace el Gobierno en pleno para combatir ese flagelo que tiene al pueblo sumamente preocupado, tal y como lo reflejan los estudios de opinión.
Además, gusta de meter cizaña entre la población, siguiendo la agenda también perversa del partido ARENA, de no reconocer ningún avance en materia de seguridad ni en nada del Gobierno.
Es lamentable, además, que la vileza de un funcionario sea su principal carta de presentación para tener un importante cargo en el sistema judicial, aunque, en el fondo lo que realmente hace es contar muertos nada más.
Quizá esa práctica le ha hecho entrar en fascinación al señor Fortín, de ahí su preocupación de que no tengamos los mismo 23 homicidios diarios del mes anterior.
La baja de los homicidios es producto de, sin menospreciar otros esfuerzos como el que hacen las iglesias evangélicas y católicas, a los planes decididos de la represión del delincuente de parte de las autoridades, a partir del mandato presidencial de salvaguardar la tranquilidad de los y las salvadoreñas.
El pueblo no debe poner en duda que cualquier disminución de los delitos, como los homicidios y las extorsiones, es producto de los planes del Gobierno.
Es producto de la ejecución del Plan El Salvador Seguro que el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana elaboró y le entregó al Presidente Salvador Sánchez Cerén en enero de este año, y que ya se ha iniciado su ejecución.
Es justo reconocer también, que los planes represivos policiales, es producto de la coordinación con la Fiscalía General de la República.
Así las cosas, lo menos que podemos hacer ante posiciones como las de Miguel Fortín, es rechazarlas y repudiarlas.