Rebeca Pineda
@DiarioCoLatino
Este miércoles se presentaron los resultados de la “Cuarta encuesta nacional de consumo de sustancias psicoactivas en población escolar de El Salvador, 2019”, que estuvo a cargo del Instituto Nacional de Salud (INS), en colaboración del Ministerio de Educación (MINED), y la Comisión Nacional Antidrogas (CNA).
Según los datos obtenidos, la droga más ingerida es el alcohol, que aumentó de un 17.94 % en el 2016 a 21.0 % en el 2018, seguida de los cigarrillos electrónicos que desplazan a los tradicionales que pasó de un 9.57 % a 10.9 % y en tercer lugar la marihuana, que pasó de 7.25 % a un 6.6 % en los mismo años, además del crecimiento en consumo de tranquilizantes, estimulantes, cocaína, crack, entre otros.
Estas cifras se reparten de igual modo tanto en hombres como en mujeres. “Llama la atención que las niñas de séptimo y noveno grado, han aumentado potencialmente el consumo, eso es un dato alarmante”, puntualizó Ernesto Pleités subdirector del INS.
La encuesta realizada, en agosto del pasado año, se aplicó a 6,633 estudiante de séptimo grado, noveno grado y segundo año de bachillerato, distribuidos en 93 centros educativos públicos y privados de las zonas urbanas a fin de estimar la magnitud, características y factores del consumo de drogas.
Consecuencias de las drogas
Según el Ramírez Landaverde, director de la Comisión Nacional Antidrogas, el ingerir estas drogas tiene una importante incidencia en la salud. “Los estudios científicos nos dicen que cuando estudiantes menores de 15 años consumen sustancias psicoactivas, los trastornos son cinco veces mayores que cuando ya son adultos” dijo.
De acuerdo al informe, los efectos de estas sustancias intercambiadas, principalmente entre compañeros e incluso docentes, también repercuten en relaciones sexuales sin protección, conducir bajo bebidas embriagantes exponiéndose a accidentes de tránsito, provocar peleas que incluyen el uso de arma blanca o arma de fuego, etc.
Asimismo, el estudio evidenció que cuando hay involucramiento y comunicación en la familia el consumo se ve reducido significativamente, por tanto se exhortó a que se incluyan en el currículo educativo, programas orientados a abordar temas del consumo de drogas en colaboración con los padres de familia, programas de prevención y rehabilitación y realizar periódicamente en los centros educativos pruebas para determinar si se ingiere sustancias psicoactivas.