Redacción Nacional
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El economista César Villalona manifestó que el incremento al salario mínimo el cual entrará en vigencia el 1 de agosto de 2021, será el primero en el mundo no pagado por la empresa privada, sino el gobierno a través de BANDESAL, que tiene destinados $100 millones para subsidiar por 12 meses a las micro y pequeñas empresas, pero al final saldrán de los impuestos que los mismos trabajadores aportan. Villalona desmintió al gobierno que el 20% de aumento al salario mínimo sea el más alto en los últimos años, pues en la gestión de Funes hubo un incremento al salario mínimo del 20% en tres años diferentes, en 2017 durante el segundo período del FMLN se subió el salario mínimo en maquila de $210 a $299, es decir, el 40%.
En comercio, industria y servicios se aumentó el 21 y 22%; en el campo se pasó de $118 a $203; había un salario de $109 en la corta de caña y quedó en $220, equivalente a más del 100%. En los beneficios de café subió 35% y los trabajadores de ingenios que ganaban $126 al declararlo como industria subió a $304, es decir, un incremento del 150% más.
Villalona explicó que antes, en la tabla no había el trabajo a domicilio, como las bordadoras domésticas a quienes les pagaban menos de $200, pero en el gobierno de Sánchez Cerén fue declarado trabajo industrial, por lo tanto, reciben $304.
“Este aumento se hizo sin ningún estudio, no estamos en contra porque beneficiará a cerca de 130,000 salvadoreños; el aumento no es aprobado por Bukele, sino por el Consejo del Salario Mínimo conformado por siete propietarios y sus suplentes, de los cuales, tres son delegados del gobierno (Ministerio de Agricultura, Trabajo y Economía), dos electos por los sindicatos y dos de las gremiales empresariales”, agregó.
Sin embargo, ahora el gobierno tiene el control del consejo pues además de los representantes gubernamentales tiene a su favor los representantes de los sindicatos, que son simpatizantes del ministro de Trabajo, Rolando Castro.
La Constitución señala que el salario mínimo debe cubrir el costo de la vida, que lo constituyen los alimentos básicos, vivienda, vestuario y servicios básicos, que incluye transporte, energía eléctrica, agua, salud y educación.
Si la familia no cubre ni siquiera los alimentos está en pobreza absoluta o extrema, pero si tiene para los alimentos y le falta cubrir el costo de la vida está en pobreza relativa, la unión de las dos da como resultado la pobreza total.
“El FMLN encontró que el 40% de los hogares eran pobres y en 2018 fue el 26%, pero según la CEPAL el 2020 cerró en 40%, quiere decir que en este momento estamos en las cifras de pobreza igual que en 2008 pero agravado porque hay más gente”, afirmó el economista.
Recalcó que para el gobierno la difícil situación se debe al COVID-19, pero es porque ahogó las alcaldías con la retención de $260 millones del Fodes, prolongó el cierre de la economía.