Por Daniel Bosque/Barcelona/AFP
Los partidos independentistas de Cataluña reivindicaron este lunes su legitimidad para lanzar un proyecto de secesión de España tras su victoria en las elecciones regionales, consideradas un «fracaso» por los partidarios de la unidad al no alcanzar la mayoría de los sufragios.
«El mensaje es claro», insistió Raul Romeva, cabeza de lista de la coalición vencedora de los comicios, Junts pel Sí (Juntos por el Sí, JxS).
«Tenemos una mayoría clara que legitima totalmente iniciar el proceso» para proclamar en 2017 la independencia de esta rica región del noreste de España, agregó.
Los independentistas plantearon estas elecciones como una alternativa al referéndum de autodeterminación que Madrid les negó. JxS obtuvo 62 escaños y el otro partido secesionista, la izquierdista radical CUP, 10, consiguiendo una mayoría absoluta de los 135 escaños del parlamento regional.
Sin embargo, sumaron sólo 47,8% de los sufragios, como subrayaban este lunes el gobierno español de Mariano Rajoy y el resto de partidos contrarios a la independencia.
«Las pretensiones de algunos estaban y siguen estando fuera de la ley, pero además, ahora, se ha demostrado que no tienen el apoyo de una mayoría de ciudadanos», dijo Rajoy en un rueda de prensa en Madrid.
El recuento varía entre unos y otros: JxS asegura que algunos de los partidos no se posicionaron ni por el «sí» ni por el «no», como es el caso de la lista formada en torno a los antiliberales de Podemos, cuyo cabeza de lista reconoció que en un referéndum votaría por la independencia.
«Si alguien quería contar votos por el ‘sí’ y por el ‘no’, la solución es muy fácil, se llama un referéndum. Si alguien quería un referéndum, que nos hubiera permitido hacerlo», defendió Romeva.
«La gente ha hablado democráticamente (…) que descuelguen el teléfono y nos inviten a sus despachos», añadió.
Diálogo de sordos
Pero la respuesta de Madrid fue la misma que desde 2012, cuando el gobierno regional del presidente saliente Artur Mas reclamó la celebración de un referéndum de autodeterminación como los organizados en Quebec o Escocia.
«Mientras sea presidente del gobierno ni voy a hablar de la unidad de España, ni de la soberanía nacional», dijo Rajoy, pidiendo un «diálogo constructivo y leal».
En Barcelona también se muestran abiertos al diálogo pero únicamente sobre los términos de la independencia.
«Si no hay voluntad de negociarlo por parte del Estado, la proclamación (de la secesión) se hará igualmente», advirtió Romeva el domingo en una entrevista a la AFP.
Hastiados por unas mediocres relaciones políticas con Madrid, especialmente con los conservadores de Rajoy, y la crisis económica, muchos catalanes apostaron en los últimos años por la independencia.
Pero Madrid no está dispuesto a dejarlos marchar. La región es la más rica del país con un 19% de su PIB, la segunda más poblada, la que más exporta (un cuarto sobre el total) y la que más turistas recibe.
Muchos analistas sitúan la salida del embrollo tras las elecciones legislativas de diciembre, que podrían cambiar el mapa político español y favorecer un escenario de acercamiento entre ambos ejecutivos.
«Hasta que no reformemos España (…) este problema no se va a solucionar», aseguró este lunes Albert Rivera, el líder nacional del centrista Ciudadanos, que se convirtió en la principal fuerza de oposición en Cataluña con 25 escaños superando ampliamente a socialistas (16), populares (11) y Podemos (11).
Últimos pero cruciales
En última posición de los comicios quedó la Candidatura de Unidad Popular, pero sus 10 diputados serán cruciales para poner en marcha el proceso de secesión. Anticapitalistas y muy críticos con el gobierno catalán saliente, exigen aplicar un «plan de emergencia social» y no escoger a Mas como presidente.
«No vamos a investir a Artur Mas» como presidente, señaló este lunes una de sus candidatas, Anna Gabriel Sabaté. Tanto ellos como Junts pel Sí empezarán esta semana una «ronda» de contactos para abordar estas cuestiones.
El acuerdo debería llegar antes de principios de noviembre, cuando está prevista la elección del nuevo presidente regional y los independentistas quieren aprobar una declaración parlamentaria anunciando el inicio de su proceso de secesión.