Por: Rolando Alvarenga
La actual gestión del Instituto Nacional de los Deportes (INDES) se confirma, cada vez más, como la dirigencia menos idónea para afrontar la serie de retos que representa el administrar integralmente el deporte nacional.
El último tema que ha generado ruido entorno al INDES es el Presupuesto 2017, que se eroga a las diferentes federaciones y asociaciones. Resulta que se obtuvo información, por medio de la Oficina de Acceso a la Información y Respuesta, sobre este espinoso y delicado tema que año con año deja más disgustos en las federaciones.
Eso sí, en nuestra labor periodística se trató de contrastar la información obtenida con Jorge Quezada, presidente del INDES, y sus gerentes Kriscia García y Juan José Gómez, pero fue imposible debido a que no accedieron a hablar del tema y siguen manteniendo su política del “avestruz”, contribuyendo a que prevalezca el gato encerrado.
De entrada, llama la atención que, para el año 2017, el INDES mantiene por segundo año consecutivo sin presupuesto a las federaciones de Golf, Motociclismo, Remo, Kickboxing, Paracaidismo y a la Asociación Deportiva Universitaria Salvadoreña (ADUSAL). Recortes que –en teoría– están relacionados con “evaluaciones” realizadas a las mencionadas federaciones.
Pero hagamos una pausa ahí. Ya que surge la interrogante de si esta gestión del INDES –que ya casi cumple tres años– ha sido incapaz de buscarle una solución al caso de estas federaciones para que gradualmente, y corrigiendo las deficiencias, puedan recuperar estos determinantes recursos estatales y no ser condenadas al cierre.
Es que cuando a una federación se le ahorca quitándole el presupuesto, se le mete en dificultades para su funcionamiento y –salvo las excepciones del caso– se produce la consecuente deserción de atletas, dejándolos a merced de incorporarse a las filas antisociales.
Pero si hay federaciones que no tienen presupuesto, a pesar de tener atletas que dan resultados; hay otras que sí tienen asignación económica, pero están a punto de desaparecer por falta de atletas de alto rendimiento y que difícilmente brindarán medallas en los cercanos Juegos Centroamericanos Managua 2017.
En conclusión, si las aspiraciones del INDES son propiciar las condiciones patrióticas integrales para un desarrollo, los criterios para repartir el dinero a todas las federaciones deberían ser más realistas y justos. Es que llama la atención que de los doce millones de dólares anuales, que el Estado otorga al INDES, mucho se va en burocracia y gastos afines, pasando la factura de las miserias al deporte.