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La presidenta de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), Miriam Miranda, denunció un plan que consiste en asesinatos selectivos de líderes garífunas, luego del aumento de violencia contra la comunidad indígena del Atlántico hondureño.
En la asamblea, Miranda indicó que existe un «plan de muerte para asesinarnos. Es un crimen selectivo de exterminio» y denunció además que entran grupos de criminales a las propias casas de los miembros de la comunidad para liquidarlos.
El pueblo garífuna ha sufrido el menosprecio de las autoridades hondureñas, solo nos ven como útiles para bailar, cocinar y jugar fútbol sin respetar los derechos ancestrales de esta comunidad indígena, sostuvo.
A pesar de haber ganado nuestros derechos como cualquier ciudadano de este país y de haber hecho mucho históricamente por Honduras, existe un plan sistemático de muerte contra la comunidad indígena, recordó
Al menos 16 personas garífunas han sido asesinadas en 2019, seis de ellas mujeres, incluyendo las defensoras Mirna Suazo y María Digna Montero.
En días pasados, Miranda en entrevista con un diario local hondureño, manifestó que el narcotráfico y crimen organizado están atacando los pueblos garífunas y asesinando su gente.
En los últimos dos meses ha habido muchos asesinatos de líderes garífunas y este es un hecho alarmante porque las comunidades siempre habían sido pacíficas y de convivencia armónica, dijo Miranda al diario Criterio.
Hay una crisis de país que no había afectado a los pueblos garífunas, pero hoy debido al narcotráfico la violencia ha crecido en el litoral Atlántico que es una zona por donde transita mucha droga y lo que hay es una disputa por territorio y los pueblos negros están en medio, refirió.
Dentro de todo este panorama de asesinatos y violaciones de los derechos de los pueblos garífunas, se suma el racismo que se refleja hasta para interponer una denuncia ya que las autoridades no las toman en cuenta, precisó.
La población garífuna, grupo étnico descendiente de africanos y aborígenes caribes y arahuacos originario de varias regiones de el Caribe, suman más de 600.000 personas, distrubuidos en Honduras, Belice, Guatemala, Nicaragua, y Estados Unidos.